Las investigaciones comenzaron en el mes de febrero cuando agentes del SEPRONA tuvieron noticia de la retirada de manera fraudulenta de subproductos que habían sido depositados para desecho y que estaban siendo retirados sin control.
Los agentes pudieron comprobar, a través de cámaras de seguridad, que una persona, ataviada con ropa de trabajo retiraba un contenedor, cuyo cartel rezaba que el género depositado en el mismo no es apto para el consumo humano.
Tras la vigilancia los agentes identificaron al ahora detenido, más a un colaborador necesario que le ayudaba a la retirada de los contendores y al posterior reparto de la mercancía.
Continuando con la investigación, el SEPRONA pudo constatar que el detenido cogía las cajas de porexpan que habían sido desechadas, quitando el etiquetado de los productos y realizando la limpieza del pescado sin ningún tipo de medida higiénica.
Esta persona, se hacía pasar por distribuidor, sin tener registro sanitario ni autorización alguna para ello. Contaba con varios bares y restaurantes que le compraban el género, pensando que era más económico ya que estaba próximo a caducar.
Los agentes lograron localizar los establecimientos que habían adquirido el pescado, cursando once inspecciones a locales de Leganés, Humanes, Fuenlabrada y Madrid capital.
Uno de los establecimientos inspeccionado fue precintado por las Autoridades sanitarias. Los propietarios de los locales han sido investigados junto al colaborador que facilitaba información y ayudaba al detenido.
Se logró retirar 150 kg de merluza cuya trazabilidad destapó que era portadora de larva de Anisakis simplex y que la había retirado para distribuirla a los bares y restaurantes.