La investigación se inició cuando los agentes tuvieron constancia de que un local comercial, destinado a un taller de vehículos, se estaba produciendo el cultivo de una plantación de marihuana.
Los agentes comprobaron que dicho establecimiento se encontraba cerrado al público y que además utilizaba una potencia eléctrica excesiva, lo cual suponía un serio peligro ante el riesgo de provocar un incendio.
Tras la entrada y registro en el distrito madrileño de Usera-Villaverde los policías detuvieron a un varón como presunto responsable de un delito contra la salud pública.