En las investigaciones realizadas, los agentes pudieron constatar que el principal responsable ocultaba su verdadera identidad y empleaba la documentación de un familiar para identificarse. Así evitaba su localización ya que se encontraba reclamado por la autoridad judicial.
Se dedicaban a elaborar la sustancia estupefaciente desde un laboratorio clandestino, donde custodiaban también la droga para distribuirla desde dicho punto. Entre los efectos intervenidos en los diez registros realizados se localizaron elementos destinados a la preparación y venta como una prensa para compactar bloques de cocaína y una envasadora al vacío.
El operativo culminó a mediados del mes de diciembre con la detención de diez personas como presuntos autores de un delito contra la salud pública y un delito de pertenencia a organización criminal.
Esta organización contaba con una importante infraestructura de transportes e inmuebles para la práctica de la actividad ilegal. Utilizaban diferentes viviendas ubicadas en distintos puntos geográficos para ocultar el estupefaciente y poder distribuirlo a otros lugares, lo que en el argot policial se conoce como guarderías.
En total han intervenido más de 165.000 euros, 6.5 kilogramos clorhidrato de cocaína, 1.6 kilogramos de hachís, más de 100 gramos de marihuana así como 2.3 kilogramos de otras sustancias utilizadas para adulterar el estupefaciente.
