Las salidas de ocio del sobrino del rey Felipe siguen generando titulares. Fue el pasado viernes cuando Vanitatis pudo contar, en exclusiva, que el chico estaba en Madrid, ya que le habíamos pillado en dos conocidas discotecas de la capital. Habían pasado apenas 72 horas cuando nos enterábamos de una nueva juerga del hijo de la infanta Elena, esta vez mucho más polémica al tratarse de un local presuntamente ilegal, con exceso de aforo y en el que se encontraron diferentes drogas. Y, precisamente, hemos podido confirmar por diferentes fuentes que fue la vida nocturna de Felipe Juan Froilán el motivo principal por el que se quedó sin escolta, hace ya unos años.
Y es que lo de que el sobrino del rey Felipe esté hasta altas horas en diferentes discotecas de Madrid no es precisamente nuevo, todo lo contrario. Llevamos ya unos años leyendo titulares sobre las andanzas nocturnas de Froilán, con algún que otro incidente en el que se ha visto implicado y que, inevitablemente, ha saltado a los medios de comunicación. Especialmente desde que cumpliera la mayoría de edad -aunque también visitaba pubs y discotecas de la capital antes de alcanzar los 18-, sus salidas hasta bien entrada la noche, incluso hasta el día siguiente, han sido más que frecuentes.
Y ahí, exactamente, en los horarios tan nocturnos del joven, nos encontramos con el problema principal que llevó al Palacio de la Zarzuela y al Ministerio del Interior a acelerar la retirada del servicio de seguridad. Cuando contaba con escoltas, y según hemos podido confirmar, no tenía ningún miramiento con estos trabajadores. La noche duraba lo que él consideraba, por mucho que hubiera una persona pendiente de su integridad física, muchas veces en el propio local donde estaba Froilán, muchas otras en la calle, a la intemperie y soportando lluvia o temperaturas bajas.
Ya podían ser las 7, las 8 o las 9 de la mañana y que los trabajadores de seguridad llevaran con él desde la noche anterior. Si él alargaba la juerga, la persona o personas que estuvieran con él tenían que quedarse a cumplir con su cometido. Así que, en una época en la que Felipe de Marichalar estaba más fuera de casa que dentro, la situación llegó a ser insostenible para estos trabajadores, que llegaron a plantarse y a protestar ante los altos mandos de la Casa Real. Así que, entre que las reivindicaciones no eran descabelladas y que, por otro lado, ya había que prescindir de este servicio para él al cumplir Froilán la mayoría de edad, el resultado fue que se quedó sin escoltas más rápido de lo que esperaba.
Como decimos, no es el único motivo, pero sí el principal, y aceleró bastante un proceso que ya estaba planteado. En el BOE podemos ver publicado lo siguiente: "Por otra parte, se recoge expresamente que el Servicio de Seguridad también asuma la seguridad de los miembros de la familia del Rey y de su Casa que el Ministerio del Interior considere necesario", con respecto a la seguridad de la familia de don Felipe. Aunque las infantas Elena y Cristina mantienen su escolta, no se contempla que sus hijos la tengan tras cumplir su mayoría de edad, aunque no se la quitan de forma automática.
Por eso, ya habían pasado unos meses desde que Felipe de Marichalar alcanzara los 18 años, pero aún mantenía personal de seguridad, parte del que está destinado a la familia del Rey. Así que la posibilidad de que le retiraran este servicio estaba ahí, pero aún no se había tomado ninguna decisión en firme. No hizo falta mucho más que el testimonio de los diferentes trabajadores de seguridad y lo que tenían que soportar noche tras noche, especialmente cada fin de semana, para que las altas esferas del Ministerio del Interior y de la Casa Real retiraran la escolta del chico de forma automática.
