Reescriben los libros de Roald Dahl por lenguaje "ofensivo" para niños

Palabras como "gordo" o "feo" se van a eliminar de las nuevas versiones de los libros de Roald Dahl
photo_camera Palabras como "gordo" o "feo" se van a eliminar de las nuevas versiones de los libros de Roald Dahl

Las divertidas novelas de Roald Dahl, con las que han crecido miles de niños que han llegado a ser adultos decentes, atentan contra la dictadura de lo políticamente correcto porque incluyen adjetivos como "feo" o "gordo", un lenguaje que hoy día se considera ofensivo. Es la justificación ofrecida por la editorial Puffin para reescribir los libros del autor británico modificando algunos fragmentos. Dicen que así se adaptan a los "lectores modernos" y sus libros "puedan ser disfrutados por todos hoy".

En estas nuevas versiones, según publica el Daily Telegraph, el comilón Augustus Gloop de Charlie y la fábrica de chocolate, que se publicó originalmente en 1964, ya no es "gordo" sino "enorme"; y los Oompa Loompas son "personas pequeñas", nada de "hombres pequeños". Las modificaciones para lectores sensibles afectan a prácticamente la producción completa de Dahl. La Señora Twit de Los cretinos ya no es "fea" sino "bestial".

No solo afecta a los adjetivos despectivos. En Las brujas, una mujer con poderes sobrenaturales que se hace pasar por una mujer normal, puede trabajar como "científica de alto nivel o dirigiendo un negocio" en vez de la versión original en la que podía dedicar su tiempo siendo "cajera en un supermercado o escribiendo cartas para un hombre de negocios". En esta misma novela, como adelanta The Guardian, en la descripción que se hace sobre las brujas como mujeres calvas bajo las pelucas, se ha añadido una frase que no salió de Dahl: "Hay muchas otras razones por las que las mujeres pueden usar pelucas y ciertamente no hay nada de malo en eso".

El diario británico indica además que la palabra "negro" se ha borrado de la descripción de los tractores en Fantástico Sr. Fox, publicado en la década de 1970. Las máquinas ahora son simplemente "monstruos asesinos de aspecto brutal". Hay escritores que ya han mostrado su malestar a lo que simplemente llaman "censura". Es el caso de Salman Rushdie, autor de Los versos satánicos (1988), novela por la que recibió amenazas de muerte, incluida una fatwa que pedía su asesinato, emitida por el ayatola Ruhollah Jomeiní, entonces líder supremo de Irán, en febrero de 1989. En agosto de 2022 fue apuñalado en el cuello durante un acto en Nueva York.

"Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda", escribió Rushdie en Twitter. "Puffin Books y los herederos de Dahl deberían estar avergonzados". PEN America, una comunidad de 7.500 escritores que aboga por la libertad de expresión, aseguró estar "alarmada" por los cambios en los libros de Dahl. "Si comenzamos por el camino de tratar de corregir los desaires percibidos en lugar de permitir que los lectores reciban y reaccionen a los libros tal como están escritos, corremos el riesgo de distorsionar el trabajo de los grandes autores", escribió en Twitter Suzanne Nossel, director ejecutivo de PEN América

Comentarios