La actriz Núria Espert aseguró en una entrevista de televisión el sábado por la noche que no volverá a salir a un escenario, a partir de mayo. "No tengo intención de aceptar ningún proyecto más", dijo Espert; la pandemia, asegura, la dejó "triste, tristísima".
Nacida en Hospitalet de Llobregat, Barcelona, en 1935 comenzó en las tablas desde muy joven, y antes de cumplir los 20 pudo comenzar a dedicarse a la actuación como profesional.
"Tengo una vida de teatro, nadie creía que la niña que fui tuviera tanta fuerza. Tengo mucha fuerza", aseguró en 'Col·lapse', transmitido por TV3, con vigor vital, buen humor y simpatía, a sus 87 años. Ha interpretado a los más grandes personajes femeninos del teatro. Fedra, Medea, Bernarda Alba, Electra, Lucrecia o la Celestina, entre otros. Además, cuenta con una exitosa proyección internacional.
Su consagración llegó con Lorca y el drama 'Yerma' en los setenta, y alternó su trabajo teatral con películas como 'Escuela de periodismo', 'Viva la muerte' o 'Actrices', y óperas como 'Rigoletto' de Verdi, 'Elektra' de Strauss o 'Carmen' de Bizet. Puede sentirse "cansada de trabajar cuando haces 300 funciones de una obra", dice, pero la "pasión retorna, es la misma pasión". "No sé que hacer el día que no hago una función".
Luego llegó su rol como directora de teatro y productora. "He tenido fracasos, cosas que no han interesado a ninguno pero eran estupendas". También es crítica con el momento político catalán y la situación de la cultura. "Es un momento muy extraño (.) El camino funcionaba y dejó de funcionar. Al fina no había camino".
"Lo que la gente ve, recuerda, es lo que queda", "(en sus giras) casi no veía a la familia" y "triunfé sola y triste" son algunas de las frases que deja antes de anunciar que "el retiro llega solo, pero no tengo intención de aceptar ningún proyecto más". Sin embargo, "cuando se acaba la función soy feliz".