Miguel Bosé y Nacho Palau están pasando unos días juntos y sus cuatro hijos en Mallorca. El cantante y su ex pareja han disfrutado de una bonita, cómoda y confortable casa en la costa mallorquina de Manacor, una residencia a prueba de papparazzi.
Miguel Bosé alquiló la residencia pensando en la privacidad. El hijo de Lucía Bosé se instaló hace semanas y disfrutaba de la compañía de sus dos hijos, Diego y Tadeo, a los que también se unieron un tiempo después, Nacho Palau con sus hijos Yvo y Telmo.
El intérprete de Amante bandido adora la isla balear, a la ha ido en muchas ocasiones por trabajo y también por placer en los dos últimos veranos, con su nueva familia. Este verano ha sido diferente. Miguel vive un momento ilusionante después de la publicación de dos libros autobiográficos, el lanzamiento de un documental sobre su vida y con el estreno de su serie biopic.
También es optimista sobre la recuperación de su voz, dañada desde hace años por una dolencia difícil de diagnosticar, aunque finalmente se descubrió que su origen podría deberse a la infección de una muela. El caso es que el pasado miércoles Miguel tuvo que acudir a la clínica Rotger de Palma por un problema en las cuerdas vocales, cuyo diagnóstico se desconoce.
Parece que todo ha ido bien, ya que Miguel volvió a su vida normal poco después. En Mallorca ha aprovechado para visitar con sus hijos la escuela de tenis de Rafa Nadal, hacer mucha vida con los niños al aire libre, cocinar para la familia y sus amigos y también componer nuevos temas.
En un futuro no muy lejano y dependiendo de su recuperación tiene previsto volver a cantar en los escenarios, grabar un disco y hacer esa gira por todo el mundo que tanto reclaman sus seguidores.
Fuentes cercanas al cantante nos aseguran que, de momento, a sus 67 años, piensa seguir viviendo en México con sus dos hijos, porque cree que ese país es el epicentro del mercado latinoamericano y la puerta de entrada al público de Estados Unidos.