Cuando Julián Muñoz fue ingresado en el Hospital Costa del Sol de Marbella, ciudad de la que fue alcalde, un halo de secretismo cubrió todo lo que de su salud se decía.
Con el paso de los días, sobre todo tras abandonar el centro sanitario —después de pedir el alta voluntaria para continuar el tratamiento en su casa—, fueron goteando las informaciones sobre su estado.
Entonces llegó su confesión. Según Diez Minutos, el propio Muñoz expresó “destruido y al borde de las lágrimas” que tenía “un cáncer galopante”.
Aquello fue a principios de abril. Dos meses después vuelven a sonar con fuerza las alarmas en torno a la salud de Muñoz. Este miércoles acudió al hospital visiblemente desmejorado, con dificultades para moverse y junto a su hija Elia, que sujetaba una bolsa.
Las piezas del puzzle las ha conectado Luis Pliego en 'TardeAR': ha ingresado otra vez en el hospital tras empeorar significativamente su estado de salud.
“La familia está muy preocupada y le ha pedido que visitara a su equipo médico porque arrastraba unas molestias que no cesaban”, ha desvelado el director de Lecturas, pronunciando después las palabras que han provocado el susto en plató:
“La enfermedad de Julián ha entrado en una nueva fase que podría ser definitiva y se va a someter a un tratamiento intravenoso”.
