Huelga de profesores en Corea del Sur tras el suicidio de una compañera por acoso escolar

El colectivo de profesores de Corea del Sur entra en huelga y protestas por la muerte de una compañera tras ser acosada por unos padres sobreprotectores
photo_camera El colectivo de profesores de Corea del Sur entra en huelga y protestas por la muerte de una compañera tras ser acosada por unos padres sobreprotectores

El 5 de junio, Lee Min-So describía en su diario el miedo que llenaba su cuerpo cada vez que entraba en su aula a dar clase: "Me duele el pecho. Siento que me iba a caer en cualquier sitio. Ya no soy ni quién soy". El 3 de julio, la profesora de primaria escribió que estaba completamente sobrepasada por el estrés del trabajo y que "quería que se acabase todo".

Dos semanas después, la profesora de 23 años fue hallada muerta en el armario de su clase por sus compañeros de trabajo. Se había suicidado.

Esta tragedia ha provocado una reacción en cadena de enfado por parte de sus compañeros de profesión por todo el país de Corea del Sur. Cientos de miles de ellos han convocado una huelga para pedir mejores condiciones y más protección en el trabajo. Dicen que están constantemente agobiados y acosados por los padres protectores de los niños, que los llaman incluso fuera de horario y durante los fines de semana para quejarse injustamente.

Durante las últimas seis semanas, decenas de miles de profesores de Corea de Sur se han unido en Seúl, asegurando que ahora tienen miedo de que se les acuse de abuso infantil, y que no son capaces de inculcar disciplina a sus alumnos o intervenir si se atacan entre ellos. Acusan a los padres de abusar de la ley de bienestar infantil (2014), que asegura que un profesor acusado de abuso infantil será suspendido automáticamente.

Los profesores pueden ser acusados de abuso infantil simplemente por sujetar a un niño violento, y que una reprimenda verbal se puede clasificar como abuso emocional. Esas acusaciones pueden provocar que los docentes sean retirados de sus puestos inmediatamente.

Un profesor recibió una denuncia después de negarle a los padres su petición de despertar al niño todas las mañanas con una llamada de teléfono. Otro fue denunciado por abuso emocional después de quitarle al niño las pegatinas de recompensa cuando cortó con unas tijeras a otro compañero de clase.

En una de las protestas callejeras, la profesora de 28 años Kim Jin-Seo confesaba haber tenido pensamientos suicidas, cogiendo una baja de tres meses, debido a dos quejas que tuvo particularmente violentas. En uno de los casos, envió a un niño a reflexionar durante 5 minutos al cuarto de baño cuando se portaba mal en clase, mientras en el segundo caso, habló con los padres sobre una pelea que tuvo su hijo en el colegio. En ambos casos, el colegio y su director la obligaron a disculparse frente a los padres.

Kim aseguraba que había llegado a un punto en que ya no se sentía segura dando clase: "Los profesores nos sentimos completamente privados de nuestro poder. Los que hemos vivido esto de primera mano hemos cambiado completamente, y los que no lo han vivido, han visto a otros sufrir estos casos, así que todos estamos afectados".

Estos casos van unidos a una sociedad coreana que premia el éxito académico como forma de llegar a los puestos más altos de la sociedad. Los estudiantes compiten duramente por las mejores notas desde que son muy pequeños para llegar a las mejores universidades. Además de las horas lectivas obligatorias, los padres envían a sus hijos a academias extraescolares carísimas (conocidas como hakwons), que están abiertas desde las 5 de la tarde hasta las 10 de la noche. 

Si bien hace años las familias coreanas tenían entre cinco y seis hijos, ahora sólo tienen un hijo para asegurarse el máximo ratio de éxito al poner todo su esfuerzo en educar y preparar a ese niño para el futuro.

 

Tradicionalmente, Corea siempre ha tenido una cultura muy arraigada de respeto a los profesores, explicaba el docente Kim Bong-Je, que imparte clase en la Universidad de Seúl en el grado de Educación, pero debido al rápido crecimiento de la sociedad, muchos padres están demasiado educados. "Esto significa que suelen mirar con desprecio a los profesores y considerarlos inferiores. Piensan que ellos están pagando a los profesores con sus impuestos, y ello crea un sentimiento muy fuerte de superioridad".

"Su forma de pensar es que 'solo importa mi hijo', y cuando es en lo único que puedes pensar, en enviar a tu hijo a una buena universidad, te vuelves el más egoísta". Esta presión afecta también a los niños, y como no son capaces de eliminar esa presión de una manera natural, acaban cargando contra otros.

El acoso y la violencia en las escuelas de Corea del Sur es un problema muy grave en el país. El año pasado, la popular serie "The Glory" (La gloria) contaba la historia de una mujer que buscaba vengarse de sus antiguas acosadoras. Estaba basada en una historia real, y mostraba actitudes violentas muy cruentas. Para más inri, el mismo director de la serie fue acusado de acoso escolar y tuvo que pedir disculpas.

En febrero, y presionados por la sociedad, el equipo de Gobierno anunció que todos aquellos alumnos que tuviesen un registro de haber perpetrado acoso escolar a compañeros, ese registro se reflejaría también en sus informes de entrada a la universidad.

Si bien esta medida estaba pensada para motivar a los estudiantes a no cometer actos violentos contra compañeros, ha provocado que los padres sientan una mayor ansiedad por el futuro de sus hijos y presionen más a los profesores para que pasen por alto las acciones de sus hijos en clase.

"Si los profesores no pueden intervenir y cambiar el comportamiento de un estudiante, entonces se convertirá en un problema a futuro para los demás", decía el padre en la entrevista. 

El gobierno ha admitido que sus aulas están un serio riesgo. Ha preparado una nueva serie de normas para los profesores, asegurando que los docentes tendrán la capacidad para eliminar a estudiantes que causen problemas en las clases y mantenerlos bajo custodia si fuese necesario. El gobierno asegura que los padres deben quedar con los profesores para las reuniones de manera previa, con una hora y un día concretos, y los profesores se pueden negar a quedar con los padres fuera de su horario laboral. 

Comentarios