Hollywood se acerca cada vez más a una huelga histórica. El sindicato de guionistas de cine y televisión, la Writers Guild of America (WGA) lleva más de un lustro en dura pugna con los estudios por las condiciones laborales y salariales de sus trabajadores. Ayer, el 97,85% de sus miembros se mostraron favorables a una huelga inminente si el 1 de mayo no se ha llegado a un nuevo acuerdo.
El parón en la actividad de los escritores de películas y series de televisión comenzaría cuando vence el actual convenio colectivo que se aprobó en 2017 ya de forma bastante in extremis; en aquella ocasión, el 96% del WGA había votado a favor de la huelga.
La unanimidad de los trabajadores representados lo considera una demostración de fuerza clave como medida de presión para la negociación de las condiciones de un gremio que se considera ultrajado en el nuevo ecosistema de la industria.
El comité de negociación del WGA debe reunirse con la coalición de productores de cine y televisión, la Alliance of Motion Picture and Television Producers (AMPTP).
Un punto clave en las negociaciones para evitar la huelga por la merma en las remuneraciones y el poder adquisitivo del gremio son los llamados residuales o regalías: el dinero que recibe el escritor de una película o episodio de televisión cada vez que se vuelve a emitir por televisión o se incorpora al catálogo de una plataforma de streaming.
Ha sido precisamente la irrupción y consolidación de estas plataformas de contenido lo que ha trastocado los modelos de negocio y remuneración que llevaban años tambaleándose a consecuencia de la era de consumo digital.
Los guionistas no solo reclaman mejorar sus condiciones laborales (como más libertad para buscar otros trabajos durante los parones de actividad en una serie, cuyas temporadas cada vez son más cortas) y los residuales por las visualizaciones de su trabajo en las plataformas de streaming, sino también mayor transparencia con los datos de audiencia que ofrecen estas empresas.
La sensación en el seno de la industria es que se juegan su porvenir dentro del mercado digital por lo que la negociación se considera histórica y hasta la aplicación de inteligencia artificial en la escritura de guiones ha tenido su lugar en la conversación, aunque muchos consideran que como mensaje de contrapropaganda contra el WGA.
El sindicato ha comunicado que en la votación de esta semana han participado un 78,79% de sus miembros; 9.020 votaron a favor de la huelga y 198 se opusieron, según los datos recogidos por Variety.
No obstante, la huelga aún puede evitarse como ocurrió en 2017 alcanzando un nuevo acuerdo. En realidad, a ninguna de las partes les conviene repetir la situación de la histórica huelga de guionistas de 2007, que duró 14 semanas y reportó importantes pérdidas económicas a toda la industria.
Conscientes de la situación, y dado que la firme posibilidad de una huelga lleva planteándose desde hace meses, los estudios y cadenas de televisión se han preparado para esta situación adelantando la escritura de guiones que podrán rodarse durante el hipotético parón y racionando los estrenos de nuevo material con la finalidad de tener contenido en reserva del que ir tirando.
La ironía de esta situación es que serían las cadenas tradicionales las que podrían verse más afectadas por la huelga, mientras que las plataformas de streaming que han contribuido a llegar a este punto pueden tirar de contenido reservado y sus abundantes producciones internacionales para mantener la rueda de contenido girando pase lo que pase.
