La lluvia de meteoros de las Delta Acuáridas alcanzará su máximo la madrugada del sábado 30 de julio, según el Instituto Geográfico Nacional (IGN). Este año será ideal para verlas, según el instituto, puesto que habrán pasado solo dos días desde la luna nueva y el cielo estará lo suficientemente oscuro como para poderlas distinguir.
El mejor momento para verlas es desde la medianoche hasta el amanecer, y la manera de ubicarlas en el cielo es mirando al Sureste, al horizonte, bajo la constelación de Acuario, donde se encuentra su radiante, o el lugar desde el que parecen nacer, aunque pueden verse por todo el cielo.
El IGN recomienda tumbarse en el suelo mirando al cielo desde un lugar con una perspectiva amplia del firmamento, sin edificios o árboles que dificulten su vista, ni contaminación lumínica artificial. Previamente a salir para ver la lluvia de meteoros, es conveniente asegurarse de que no habrá lluvia o precipitaciones, en cuyo caso no serán visibles.
La lluvia de estrellas no es tal, sino que es una lluvia de meteoros, partículas que se han desprendido de un objeto celeste y con las que la Tierra se topa en su órbita, acogiéndolas en la atmósfera con tal velocidad que emiten la luz que les da ese aspecto de estrella fugaz.
El objeto celeste responsable de esta lluvia es el cometa 96P Machholz, descubierto por Donald Machholz desde California en 1986, según informa la base de datos del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. Este cometa tarda cinco años en orbitar el Sol, por lo que se le considera de periodo corto.
