El COVID-19 está poniendo a prueba a muchas personas al haberse reducido a la mínima expresión las opciones de conocer y relacionarse con gente nueva y, por lo tanto, de tener sexo. Sin embargo, aunque la recomendación es evitar el contacto físico siempre que sea posible, hay formas de reducir el riesgo de contagio.
Una de las primeras advertencias que se transmitieron acerca de la prevención del contagio fue la importancia de la higiene de nuestras manos. El lavado constante se ha convertido en uno de los principales mantras que hemos tenido que adoptar y, por supuesto, no queda excluido en el sexo, donde también debemos tener cerca el famoso gel hidroalcohólico.
La Agencia de Salud Pública (ASP) ha afirmado que “se ha encontrado el virus en el semen de personas enfermas”, sin embargo, esta afirmación no significa necesariamente que el virus se transmita en las relaciones sexuales. El COVID-19 aún arroja muchas incógnitas, pero de los estudios de otros coronavirus, se deduce que la transmisión en el sexo es poco probable. Lo que quiere decir es que no se ha demostrado el contagio a través del sexo vaginal o anal, sin embargo, durante el acto sexual existen otro tipo de contactos. De hecho, la principal fuente de transmisión son las secreciones respiratorias, es decir, el intercambio de saliva estaría totalmente descartado. El sexo, sin besos.
Por otro lado, para limitar siempre que sea posible el contacto personal, algunas de las recomendaciones pasan por sustituir el sexo por la masturbación, el sexting o la videollamada. En caso de no poder evitarlo, la recomendación que hace la ASP de Barcelona es que el sexo sea en espacios grandes y abiertos en los que se asegure una buena ventilación.
Lo cierto es que incluso el sexo de pago ha encontrado maneras de reducir el riesgo de contagio y es que el sector se ha tenido que adaptar después del confinamiento, especialmente duro para las trabajadoras sexuales. Durante la “nueva normalidad” a pesar de seguir trabajando menos, muchos hombres han recurrido a las escorts de Madrid para acabar con su travesía por el desierto. Algunas de las opciones que han ofrecido las prostitutas han sido las videollamadas, los masajes o la masturbación. En algunos casos, incluso el sexo con posturas que no impliquen el contacto cara a cara.
No obstante, son medidas que pueden no satisfacer a muchos, por eso, para quien no pueda concebir la ausencia de sexo de ninguna manera, desde la ASP se recomienda pedir los datos de contacto para hacer posible un seguimiento en caso de que hubiese algún positivo.