La legalización del Cannabis gana adeptos

Hoy en día es difícil estar al margen de la revolución del cannabis. Podemos no ser consumidores o no saber cómo cultivar las semillas feminizadas. Pero es raro no haberse visto inmerso en una discusión sobre la pertinencia de legalizar su uso recreativo o terapéutico.

No tener una opinión sobre este tema es casi imposible aunque nos pille muy lejos, y esto quizás sea porque es un ejemplo paradigmático de tolerancia o permisividad, de lucha contra el narcotráfico o libertinaje, de regularización y economía sumergida… La marihuana toca todos los palos y está siempre de actualidad, porque la normativa que la regula, sus efectos o sus usos no dejan de ampliarse.

Recientemente el foco de la noticia ha estado en Canarias, donde la plataforma “Canarias se Planta y Firma” ha recogido por ahora unas cinco mil firmas para normalizar el consumo de esta sustancia y regular su uso terapéutico y lúdico. El siguiente paso de este colectivo será constituirse como Federación de Asociaciones Cannabicas de Canarias, al igual que ya sucede en Navarra, Madrid, País Vasco y Cataluña.

Cada vez más países y más estados o comunidades autónomas (cuando la legislación de la que depende esta sustancia no es de ámbito estatal) se mueven hacia caminos todavía inexplorados pero sustentados por estudios serios y con el firme propósito de encontrar solución a problemas hasta ahora crónicos, tales como la lucha contra el narcotráfico u opciones terapéuticas menos invasivas para enfermedades graves.

Ejemplos como Uruguay o este mismo de Canarias ofrecen alternativas todavía en vías de desarrollo que quizás acerquen el cannabis al gran público, alejándolo de los tópicos más manoseados. Y es que una política de normalización solo puede ayudar a traer a la luz una realidad que existe por encima (o por debajo) de la legalidad.

El cáñamo cada vez está más presente en nuestra vida cotidiana, tanto en forma de aceites y cosméticos, como en la comida (semillas) o en su vertiente psicoactiva (lo que conocemos como cannabis). Que no falte la información y que siempre haya gente motivada y con ganas de poner en marcha alternativas sostenibles y saludables.

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