Hoy vamos a proponerte un viaje de lo más curioso: no vas a cansarte, no requiere de actividad física; es más, te encontrarás relajado, disfrutando de un pintxo, ante las vistas de la ciudad que desde el mejor alojamiento en Vitoria hayas conseguido para pasar unos días.
Solo tendrás que imaginar, dejar que tu mente recree los secretos que vamos a contarte y que, te revelamos como a uno más de nuestra familia. ¿Quieres conocer algunas curiosidades de la hermosa ciudad en la que te encuentras? ¡Vamos a ello!
Las medidas de Vitoria
Vitoria condensa en su arquitectura la calle más estrecha, en el cantón de San Roque, el edificio más estrecho, el número 1 de la calle Portal de Castilla, y la calle más corta, Nuestra Señora del Cabello (situada en la parte trasera del edificio de Correos). En realidad, tiene un poco de truco: el edificio solo es estrecho en su fachada, así que puedes estar tranquilo, que las estancias de su interior son lo suficientemente grandes como para que el mobiliario se reparta de modo cómodo y sus habitantes vivan en condiciones normales.
Una oda a la ingeniería fracasada
Y es que, en 1877, ante los problemas de abastecimiento de la ciudad, se iniciaron las obras en la Plaza de la Virgen Blanca (antigua Plaza del Mercado) para cavar un pozo. En su afán por encontrar agua, y cinco años después, las acciones arrojaron los siguientes resultados: un agujero de más de un kilómetro que batió el récord mundial en profundidad y una sequedad que ni el mayor de los desiertos. La solución que se adoptó fue la de construir un depósito en El Campillo, al que se trasladarían aguas del Gorbea. Actualmente, se conserva una placa en el Museo de Ciencias Naturales, recordando esta gesta del ser humano racional.
Leyendas inquietantes
En 1982, se descubrió una tumba de una adolescente en las labores de rehabilitación de Villa Suso, cubierta por piedra caliza. Se cuenta que era la hija del dueño del Palacio, nacida con alguna deformidad y por ello condenada a una muerte de manera "emparedada". O quizá una amante criada a la que tuvieron que silenciar de un modo espeluznante.
También es de sobra conocida la leyenda del fantasma del niño Andrés, o Andresito, que vaga por la que ahora es la sede de la Agencia Tributaria, en la calle Olaguíbel. Antes era el convento de San Francisco y desde que se levantara el nuevo edificio, funcionarios, trabajadores y vecinos aseguran que los ruidos, conversaciones, risas, las carreras y hasta los botes de pelota son un continuo por las madrugadas vitorianas.
¡Hagan juego en Vitoria!
Todos tenemos cartas y, si bien no somos unos expertos en blackjack, hemos hecho algún que otro solitario agrupando copas, espadas, oros y bastos. Las míticas barajas Heraclio Fournier nacieron en la empresa fundada por el homónimo en Vitoria, hace más de 100 años, y lo mismo las encontramos en las mesas de los centros de tercera edad, entre el fulgor de las partidas más animadas de tute y mus, que entre los sofisticados y glamourosos casinos de las Vegas, Mónaco o Manila.
Estas son solo algunas de las numerosas curiosidades que la hermosa ciudad de Vitoria esconde entre sus verdes parques y colinas, su clima privilegiado y su gente maravillosa, deseosa de seguir contándote muchas más de las historias que albergan sus rincones. ¡Déjate seducir!