Para conocer más las causas de esta situación, se debe remontar hasta el año 2015 donde la empresa que dirigían un par de hermanos, dedicada a materiales para recién nacidos quebró y sus tres pabellones fueron embargados por un banco.
Poco después, otra empresa comenzó a operar en esos edificios desempeñando un negocio de compraventa de ropa de segunda mano al parecer podría ser un negocio fantasma ya que confirman que incluso engancharon la luz.
Comenzaron con esta actividad hacia 2018 donde entraban y salían camiones cargados con fardos textiles, sin que nadie sospechara nada. Hasta que, de repente, desaparecieron tras la irrupción de la pandemia. Dejaron millones de prendas abandonadas a su suerte, a merced de goteras, ratas e insectos de todo tipo.
Según la información de El Mundo, la denuncia de estos hechos viene a través de un empresario que tiene sus naves colindantes con las mencionadas. Este madrileño, que gestiona un negocio de compraventa de maquinaria de pastelería y panadería, lleva denunciando esta situación desde 2020. Ha llamado, dice, a Policía Nacional, Guardia Civil, Ayuntamiento de Humanes, Consejería de Medio Ambiente... "Pero nadie me da una solución".
Desde el Ayuntamiento de Humanes apuntan a que "esas naves son de propiedad privada", por lo que están atados. Agregan que el polígono, así como su limpieza, también están en manos de particulares. "Lo que sí hicimos, pese a no ser de nuestra competencia, fue retirar toda aquella ropa que salía de las naves a las calles".
La situación de la ropa de segunda mano abandonada es complicada y sobre todo se teme que se pueda producir algún incendio.
También se han hecho eco Ecologistas en Acción que sospechan que la ropa se pudo consegui en contenedores pirata, con una presunta apariencia caritativa, con la idea de traficar presuntamente con ella, revendiéndola en circuitos de ropa usada.
FUENTE: EL MUNDO
