Un poblado chabolista se niega a abandonar Fuenlabrada

56 chabolistas que habitan en infraviviendas en un polígono industrial entre los municipios de Humanes de Madrid y Fuenlabrada se niegan a abandonar la ubicación. El Ayuntamiento de Fuenlabrada ha demolido una tapia del poblado por riesgo de derrumbe.

Los propietarios de negocios cercanos al poblado aseguran que la zona fue habitada hace 10 años. Al principio se trataban de feriantes que en temporada baja, colocaban sus autocaravanas en el citado lugar, pero con el paso de los años se han ido elaborando chabolas de chapa y cartón.

Desde el Ayuntamiento de Fuenlabrada describen la zona como «peligrosa, insalubre y no urbana». Afirman que la pared que les rodea está «en ruinas» y deben derribarla, para lo que necesitan que el poblado se desmantele. Un total de 56 asentados son los registrados por la Corporación municipal, aunque en realidad viven más personas en el poblado, los vecinos apuntan que hay al menos un centenar de personas habitando la zona.

Fuentes municipales aseguran que el 26 de mayo se comenzó a notificar la orden de desalojo a los residentes, sin obtener respuesta alguna. En vista de que la situación se iba a dilatar en el tiempo, a finales de la pasada semana se procedió al derribo de uno de los muros que rodean el poblado. El resto de la estructura, aún en pie pero visiblemente debilitada continúa amenazando la seguridad de los chabolistas.

Desde el Consistorio aseguran que Servicios Sociales lleva años reuniéndose con ellos para buscar una solución a la coyuntura en la que viven."No cumplen las condiciones más básicas para recibir una ayuda."

Hay que recordar que muy próxima a este poblado se encuentra una nave en la que habita un gran grupo de personas dando lugar a una amplia zona de suciedad y caos. Desde afuera, parece una fábrica abandonada, pero las cañerías manufacturadas saliendo de la fachada, las antenas de televisión en la azotea del edificio y las bolsas de basura rebasando las puertas evidencian que no se trata de una construcción deshabitada.

Los vecinos cuentan que este asentamiento vertical fue posterior y que la mayoría de sus miembros son personas de nacionalidad rumana con una cierta rutina laboral. Aun así, los propietarios de los edificios cercanos se quejan de los malos olores continuos. «En cualquier momento te puedes encontrar a una persona haciendo sus necesidades a pocos metros de tu negocio».

Fuente: El Mundo.

 

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