Actualmente hay 10 cuadrillas de poda trabajando en Fuenlabrada. Se está actuando en aquellas zonas con afecciones más graves. Por ahora ya se ha trabajado en la plaza Orense, plaza Lugo, Castilla la Nueva, plaza Panticosa, Valparaíso, bulevar de la Avanzada y Parque de los Estados, entre otras, y el resto se están acordonando para evitar el peligro por el posible acceso peatonal.
Los servicios municipales además han procedido a las actuaciones en colegios y escuelas infantiles para su apertura el 20 de enero. Se ha revisado el arbolado de 54 centros escolares municipales y se ha realizado actuaciones prioritarias de poda y tala en 28. El resto de los centros no se han observado daños graves en arbolado. Hasta la fecha los parques municipales permanecen clausurados al público y aquellos que no cuentan con cerramiento perimetral, se han acordonado con cinta de balizamiento para evitar el acceso.
El concejal de Medio Ambiente de Fuenlabrada, Felipe Pinel, explica que la prioridad en los trabajos se ha centrado en la retirada de ramas y árboles caídos sobre la calzada o aceras “y luego todas aquellas ramas que quedaron partidas con riesgo de desprendimiento y el consiguiente peligro para la ciudadanía”. El edil añade que se está revisando todo el arbolado de la ciudad tras el paso de la tormenta Filomena, para evitar peligro por el estado en el que se encuentran muchas especies y por las condiciones climatológicas adversas de estos días. Las especies más afectadas son sobre todo pinos, aligustres, olmos, olivos y mimosas.
Además el Consistorio hace un llamamiento a toda la ciudadanía para que extreme las precauciones por la alerta amarilla de vientos según ha informado la AEMET para los próximos días. Hay que tener mucho cuidado por la posible caída de ramas, cornisas o desprendimiento de la nieve que aún pueda quedar acumulada en los tejados.
También se recomienda precaución en el uso de las zonas verdes durante estos días ya que el deshielo de la nieve puede causar una sobrecarga de agua en el suelo, provocando encharcamientos en praderas susceptibles de caída de coníferas, pinos y cedros, como hemos comprobado en otras situaciones adversas.
