El campamento montado en la fábrica de Coca-Cola de Fuenlabrada por los trabajadores despedidos por la empresa, los "espartanos" como les gusta que se les llame, cumple un año de reivindicación. Desde que sufrieron unos despidos, que más tarde la Audiencia Nacional dio como nulos, se han movilizado y organizado para seguir luchando porque se cumpla una irregularidad, como ha confirmado la Justicia.
Manifestaciones, concentraciones y un campamento en la propia fábrica han sido algunas de las medidas de los trabajadores para que la compañía norteamericana cumpla con lo que la Justicia española le obliga: la reincorporación de los despedidos en sus antiguos puestos de trabajo. Los trabajadores, instalados en una de las puertas que tiene la fábrica fuenlabreña, hacen un año de campamento y de lucha. Un campamento que está "decorado" con la sentencia de la Audiencia Nacional que da la razón a los "espartanos".
Desde que la empresa intentase desmontar la fábrica, los trabajadores despedidos han intensificado los turnos de vigilancia para evitar que Coca-Cola se llevase el material de la propia fábrica. Un movimiento de Casbega-Coca Cola que interpretan los trabajadores como una medida para que "no haya que reincorporar a nadie al no haber fábrica", como han contado algunos miembros del campamento cuando hace unas semanas se intentó llevar a cabo la decisión.
Un campamento que, como ha afirmado Leandro Pulido, delegado sindical de la planta de Coca-Cola de Fuenlabrada, al blog Cuarto Poder, cuenta con una clave importante que ayuda a seguir con su reivindicación: "El pueblo de Fuenlabrada se solidariza con nosotros, sobre todo después de las cargas policiales del día 15“.
Hace menos de una semana, la Audiencia Nacional volvió a dar la razón a los trabajadores: la readmisión ofrecida por Coca-Cola en otras fábricas de España es irregular. Mientras tanto, el campamento cumple un año que, a falta de que la compañía cumpla con lo establecido en la Justicia, seguirá siendo el campamento de los trabajadores de Coca-Cola.
