Fuenlabrada pedirá que el Día de Santa Juana sea declarada Fiesta de Interés Turístico Regional

La celebración, conocida también como ‘Día de la Tortilla’, tiene su origen en el siglo XVI

El Pleno Municipal de Fuenlabrada pedirá mañana a la Comunidad de Madrid que declare la fiesta de Santa Juana, que se conmemora en la ciudad cada 9 de marzo, como Fiesta de Interés Turístico Regional.

La moción recuerda que la celebración tiene su origen en el siglo XVI y hoy se celebra en diferentes parques de la ciudad como el paraje de Valdeserrano o Fregacedos, entre otros, en los que la ciudadanía se reúne para degustar una tortilla de patatas en compañía de familiares y amistades. Esta costumbre ha supuesto que la fiesta también se conozca como ‘Día de la tortilla’.

“La fiesta de Santa Juana ha contribuido en las últimas décadas a crear señas de identidad y de pertenencia en la ciudadanía entre la población autóctona y entre quienes, a lo largo de los últimos cuarenta años, han ido llegando de diferentes lugares de España y diferentes países del mundo”, explica la moción del Grupo Socialista que se debatirá mañana en el pleno.

El texto indica que “conocer la raices de Fuenlabrada, poner en valor las referencias que constituyen nuestra memoria colectiva ha contribuido, sin duda alguna, a definir la identidad de nuestra ciudad y a que los fuenlabreños y fuenlabreñas, sea cual sea su tierra de origen, puedan reconocerse dentro de una colectividad, de un lugar concreto y de una historia común”.

Ya en el siglo XVI se celebraba una romería a los alrededores del Monasterio de San Cruz, convertidos en encuentro multitudinario y de ocasión para el comercio para todo tipo de mercaderías. La fiesta recibe el nombre de Juana Vázquez Gutiérrez, nacida en lo que hoy sería Numancia de la Sagra (Toledo), a la que se atribuyen numerosos prodigios y que fue objeto de santificación popular.

En este encuentro también participaban los vecinos y vecinas de Fuenlabrada, que hicieron propia la constumbre de acudir a esta romería. Debido a la distancia que había que recorrer, unos 18 kilómetros, los fuenlabreños y fuenlabreñas, al pasar por el paraje de Valdeserrano, paraban a descansar y reponer fuerzas. Con el tiempo, lo que era solo un lugar de paso en el camino a Cubas, se convirtió a su vez en punto de destino para la celebración.

En la actualidad, la fiesta está despojada de su carácter religioso y se ha transformado en un encuentro ciudadano en los diferentes parques y zonas verdes de la ciudad.

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