Si realizamos un análisis basado exclusivamente en los datos que han arrojado los resultados electorales del pasado día 25, en UPyD no podemos sino estar más que satisfechos.
Veamos algunos: UPyD obtiene en estas elecciones más de 1.015.000 votos (6,5%) y 4 escaños con un crecimiento respecto a las últimas europeas de 564.000 votos y 3,65 puntos Por el contrario, el bipartidismo pasa de sumar el 81% de los votos al 49% (-32%), dejándose en el camino 17 escaños y 5.150.000 votos. Además, UPyD crece en porcentaje de voto en todas las comunidades autónomas respecto tanto a europeas 2009 como a las generales 2011, siendo tercera fuerza política en numerosas provincias y capitales de provincia. Y si nos centramos en nuestra ciudad, Fuenlabrada, vemos que –una vez más- UPyD obtiene el mejor resultado del partido de entre las 5 grandes ciudades de la Comunidad de Madrid y el segundo mejor de entre las 10 mayores. Como decía antes, es para estar más que satisfechos.
En el plano político, paradójicamente, el éxito del populismo eurofóbico, antisistema y ruidoso ha venido a demostrar que formamos parte de Europa. A diferencia del votante de estas candidaturas, se confirma que el nuestro aprecia la calidad del trabajo hecho en las instituciones, los esfuerzos por mejorar la propia transparencia, la coherencia y la solvencia de programas e iniciativas. Indudablemente, es un universo de votantes mucho menos numeroso que el de quienes siguen la actualidad política a través de la radio y la TV y sus tertulias, o a través de las cuentas más ruidosas de las redes sociales. Es esta la forma de política, antipopulista e institucional, la que desde el principio ha constituido el proyecto regenerador de UPyD y la que nos lleva, comicios tras comicios, a crecer de forma sostenida e imparable, a cosechar éxitos como el del pasado 25M.
Todo ello se lo debemos, por supuesto, a ese millón largo de ciudadanos que nos han otorgado su confianza. Como dijo nuestra portavoz, Rosa Díez, cada voto es un compromiso de este partido con los ciudadanos. Gracias por vuestra confianza y por demostrarnos que creéis en la buena política. Sabíais que no había un debate entre izquierda y derecha, sino entre decencia y lo que no es decencia. A todos vosotros, gracias. No os defraudaremos.
