Con el objetivo de recordar a los vecinos víctimas del nazismo

El escultor alemán, Günter Demnig, instalará en Fuenlabrada los ladrillos de la memoria

El escultor alemán, Günter Demnig, visitará la ciudad, en una fecha aún sin confirmar, tras el compromiso adquirido con la Comisión de la Memoria Histórica.

El escultor alemán, Günter Demnig, visitará Fuenlabrada para instalar en la ciudad los ladrillos de la memoria (stolpersteine) que recordarán a los vecinos que fueron víctimas del nazismo y de los campos de concentración.

Este es el compromiso del artista alemán con la Comisión de la Memoria Histórica de Fuenlabrada, ante la celebración el próximo domingo 5, del Día de Homenaje a todos los españoles deportados y fallecidos en campos de concentración, coincidiendo con la fecha de liberación de Mauthausen.

La fecha de la visita del artista aún no se ha concretado, porque está desarrollando su trabajo en 23 países en los que ha instalado 65.000 ladrillos de la memoria.

Se trata de adoquines en bronce que pretenden mantener la memoria de todas aquellas personas que murieron víctimas del horror nazi durante la segunda guerra mundial. El escultor pretende que el público al ver estos adoquines en la calle se detenga e incline para leer la placa instalada con los datos de las personas homenajeadas. La inclinación sirve como una muestra de respeto y sobre todo no dejar en el olvido la barbarie nazi.

En 1996, en el marco de un proyecto artístico que giraba en torno a las implicaciones históricas y simbólicas del campo de concentración de Auschwitz, Demnig fabricó decenas de bloques de bronce, de un tamaño similar al de los adoquines con que están cubiertas muchas calles alemanas, y los “sembró” en varias aceras del barrio berlinés de Kreuzberg, frente a los lugares donde solían vivir cincuenta judíos que perdieron la vida a manos de los nazis. En los bloques de bronce estaban grabados los datos más importantes de esas personas.

“Se trata de recordar para no repetir en una época de renacimiento de nacionalismos extremos y excluyentes en todo el mundo y para garantizar la dignidad de las víctimas”, explica Isidoro Ortega, presidente de la Comisión de la memoria Histórica, constituida en Fuenlabrada el pasado mes de enero. Está integrada por sociólogos, periodistas (en calidad de asesores), historiadores y empleados públicos.

Una iniciativa que comenzó siendo ilegal 

En los “Stolpersteine” de Demnig están grabados los nombres, las causas de deportación, los lugares y las fechas de nacimiento y muerte de las víctimas aludidas. Todos comienzan diciendo “Aquí vivió…”, inspirando a quien se detenga a leerlos a reflexionar sobre la persecución sufrida por los disidentes políticos, los gitanos, los hombres homosexuales, las mujeres tachadas de asociales, las personas con discapacidades psíquicas y otros grupos sociales durante el auge del nacionalsocialismo.

Los bloques de bronce no están dedicados exclusivamente a los judíos que fueron internados en los campos de exterminio ni se encuentran solamente en las calles alemanas. Cuando Demnig comenzó su proyecto, colocó sus cincuenta adoquines de bronce en las aceras de Berlín de manera ilegal. Hoy hay 7.000 bloques –solamente en la capital alemana– y casi 60.000 en toda Europa, desde el poblado noruego de Trondheim hasta la ciudad griega de Tesalónica, pasando por la localidad rusa de Orel y la francesa L’Aiguillon-sur-Mer.

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