La decisión de poner en marcha los trabajos de demolición, que arrancarán en los próximos días, responden a la orden de ejecución subsidiaria que había aprobado el Ayuntamiento de Fuenlabrada, firmemente dispuesto a derribar las construcciones de la zona, que llevaban años abandonadas.
“Hemos conseguido desbloquear una situación que llevaba años enquistada. Lo que eran unas naves abandonadas y sin uso se convertirán ahora en un área urbanizada en la que se construirán viviendas. Se trata de una mejora muy considerable que van a notar todos los vecinos y vecinas de la ciudad”, ha explicado el alcalde Javier Ayala.