El año 2020 ha sido uno de los más complicados que se recuerda tanto a nivel sanitario, como a nivel económico y social. Ni la bolsa logró salvarse de los efectos negativos de la pandemia, especialmente durante los meses de febrero y marzo, cuando se produjo una de las mayores caídas de los mercados del último siglo.
Este episodio fue una verdadera prueba de fuego para los inversores, especialmente para los que tienen mayor aversión al riesgo. Muchas personas, al no poder soportar estas caídas, vendieron en el peor momento, y se perdieron la subida posterior, que ha superado las expectativas de los analistas.
Una situación que, en realidad, es propia de situaciones de alta volatilidad, nada que no responda a la dinámica normal del mercado. Pero pone de manifiesto la necesidad de elegir el riesgo de la inversión con el fin de elegir aquellos productos que mejor se ajusten a cada perfil.
Los depósitos a plazo fijo han vuelto a ser los grandes beneficiados de la crisis
La inestabilidad económica derivada de la crisis sanitaria por el coronavirus y la caída de los mercados ha hecho que muchos ahorradores vuelvan a girar la vista hacia los depósitos bancarios a plazo fijo.
Los depósitos a plazo fijo son uno de los productos con menos riesgo para invertir, no solo porque te ofrecen una rentabilidad fija y que se conoce a priori, sino porque además están protegidos por el Fondo de Garantía de Depósitos nacionales. Tras ellos, otro de los productos que no implican riesgos son las cuentas remuneradas, que ofrecen un interés similar, limitado en la cantidad que se puede ahorrar, pero con disponibilidad inmediata del dinero.
Sin embargo, el entorno de bajos tipos de interés que rige el mercado en la actualidad hace que, en la práctica, sea difícil encontrar alternativas interesantes para los inversores conservadores. En España, el tipo de interés de los depósitos está cada vez más cercano a cero, y lo mismo ocurre con otros instrumentos de renta fija, que incluso arrojan rentabilidades negativas, incluso en plazos largos, como los títulos de deuda pública.
No todos los productos de ahorro e inversión ofrecen rentabilidad sin riesgo, de manera que la única forma de encontrar un cierto rendimiento es asumiendo una cierta volatilidad.
La alternativa: depósitos a plazo fijo de países europeos
El nuevo panorama tecnológico y regulatorio ha abierto nuevas opciones de ahorro e inversión que han abierto diferentes infraestructuras bancarias a los clientes minoristas. Una de ellas es la posibilidad de invertir en depósitos a plazo fijo de diferentes bancos europeos, con las mismas condiciones y con la misma seguridad que haciéndolo en un banco español, pero con una mayor rentabilidad.
Así, gracias a plataformas como Raisin, los ahorradores pueden acceder a las mejores ofertas de depósitos a plazo fijo y cuentas remuneradas a nivel europeo, y pueden obtener una rentabilidad superior al 1% TAE en un plazo superior a un año. Cada una de estas ofertas tendrá la cobertura del Fondo de Depósitos de cada país, que garantizan hasta 100.000 euros por titular y entidad. Una forma de obtener una rentabilidad garantizada y, al menos, capear el impacto de la inflación sobre los ahorros.