Ante las incertidumbres propias del futuro, debido a los momentos tan complicados por los que está pasando la sociedad, no queda otra que esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Los más aventureros optan por creer que una tirada de tarot gratis tal vez les permita saber qué ocurrirá.
Dejar un aspecto de tal nivel de seriedad en manos de la videncia y el tarot puede parecer surrealista para algunas personas. Sin embargo, también era difícil creer meses atrás que la población quedaría confinada en sus domicilios y, posteriormente, se vería obligada a ir siempre con mascarillas.
Quienes se consideran más escépticos ante este tipo de métodos prefieren anticiparse al futuro en base a los progresos de la comunidad científica. Desafortunadamente la misma acaba de sufrir un duro varapalo, el cual se traduce en que el final del COVID-19 que se preveía para finales de este año deberá posponerse.
Vacuna fallida
Son varios los países que parecen estar avanzando considerablemente en una vacuna efectiva. Precisamente hablando de efectividad es innegable que la mayoría de ellas resultan esperanzadoras, dando a los participantes en las pruebas la inmunidad que necesitan para evitar futuros contagios.
Aun así, no todo se resume en decirle adiós al citado virus. Ello de poco sirve si los efectos secundarios acaban pasando factura. Precisamente es lo que ha sucedido con la vacuna de Oxford.
No se trata de cualquiera de ellas, sino que con el paso del tiempo se convirtió en el producto sanitario que mayor confianza trasladaba al Gobierno de nuestro país. De hecho, un pre-encargo de tres millones de unidades había sido tramitado. Aunque todo se ha desbaratado tras los últimos resultados dados a conocer.
Justo cuando la vacuna estaba llegando a la última fase de todas, AstraZeneca –la empresa farmacéutica que colabora estrechamente con la Universidad de Oxford– ha tenido que pararlo todo.
Uno de los treinta mil individuos que se sometieron a las pruebas ha dado positivo en una enfermedad que, según los expertos de los laboratorios, no se explican cómo ha podido contraer a partir de la vacuna. Ante tal incertidumbre no es de extrañar que todo se haya interrumpido con tal de averiguar exactamente qué componente de dicha vacuna es el causante.
Lo más importante ahora es la salud de dicha persona. En base a lo indicado por los especialistas, parece que paulatinamente se irá curando hasta que esa enfermedad –la cual no ha trascendido– deje de pasarle factura.
Poniendo el dato en contexto, es evidente que un solo afectado de una amplia lista de pacientes no es una cifra mala. Sin embargo, ante la posibilidad de que el porcentaje de usuarios con efectos adversos vaya en aumento, la farmacéutica ha tenido que interrumpir el procedimiento.
España no es el único país damnificado. Toda la Unión Europea depositó confianza en la vacuna, la cual presumiblemente iba a cosechar un rotundo éxito. De hecho, se calculaba que a finales de este año ya podría suministrársele a cierta parte de la población.
La propia Organización Mundial de la Salud había afirmado que la vacuna de AstraZeneca y Oxford era la que mayores avances registraba, superando incluso a otras como las de China y Rusia. Por ende, se trata de un revés muy duro que ha afectado a partes iguales a los laboratorios y la población.
Los primeros incluso se están viendo obligados a detener el resto de investigaciones para centrarse exclusivamente en comprobar qué es lo que ha sucedido con ese paciente. Solo así se verán capaces de continuar con las investigaciones y el desarrollo para dar forma a una vacuna que nos libre de este virus.
Por su parte, la población que ya veía luz al final del túnel se ha dado un golpe de realidad importante. Nunca antes una vacuna se creó con tal celeridad y, a pesar de los avances tecnológicos, científicos y sanitarios, es difícil que en tan poco tiempo se logre desarrollar con condiciones mínimas de seguridad.
La importancia de las medidas de prevención
Quienes no creían en el tarot y confiaban exclusivamente en la ciencia se sienten decepcionados. A falta de saber cuándo terminará todo, lo único cierto al cien por cien es que unas buenas medidas de prevención pueden evitar que tanto tú como los allegados con los que mantienes contacto os contagiéis.
Así pues, es fundamental que te laves las manos con frecuencia. Al hacer uso de geles hidroalcohólicos probablemente la piel se resienta, así que es recomendable utilizar cremas hidratantes con tal de reforzar la capa superficial.
Por otra parte, el distanciamiento social es clave con tal de garantizar inferiores tasas de propagación. A ello hay que sumar la obligatoriedad de llevar mascarillas, sobre todo en lugares cerrados. Siempre que acudas a una consulta médica, un supermercado o cualquier otro establecimiento atavíate con tu elemento de protección, asegurándote por supuesto de que está homologado.
