En las últimas décadas, la tecnología ha venido a ocupar un lugar preferente en nuestras vidas. Además de agilizar y simplificar nuestro trabajo, también se ha convertido en la alternativa ideal a una nueva manera de entender la diversión y el entretenimiento. Gran parte de nuestro tiempo de ocio se sitúa frente a las pantallas, desbancando, o al menos así lo parece, los hobbies tradicionales.
Sin embargo, y a tenor de las investigaciones, la realidad es totalmente contraria. Según un reciente estudio publicado en Frontiers in Public Health, involucrarse en actividades artísticas y manuales como el crochet no solo aumenta la felicidad, sino que también fortalece la sensación de que la vida tiene un propósito. Los investigadores comparan el efecto positivo de estos hobbies con el de tener un empleo, subrayando que es un factor clave para el bienestar, pero mucho más accesible y transformador.
El croché y el bordado entre las actividades más buscadas
Precisamente la tecnología es la que nos confirma el resurgimiento de estos pasatiempos que van asociados con nuestra historia. Entre las búsquedas de hobbies más demandados por los usuarios de internet se encuentra el crochet, o ganchillo, entre los primeros puestos; seguida por el bordado y acompañada por otras como la costura, el punto de cruz, el patchwork o el macramé, entre otros muchos. Con ello se confirma que las actividades textiles han logrado un protagonismo muy especial en los últimos años.
Esto ha sido gracias al fácil acceso a través de las redes, donde los jóvenes han podido descubrir y disfrutar de sus grandes beneficios. De hecho, y según los expertos, los trabajos manuales ayudan a fortalecer la autoestima, siendo una herramienta perfecta para el bienestar emocional.
Pero también se han convertido en un símbolo de prestigio social entre los jóvenes. Retomar estas actividades, que todos recordamos en las manos de nuestros ancestros, son una seña de identidad única, una forma de poner en valor la personalidad y creatividad que nos acompaña.
Hobbies tradicionales con mucho futuro
Fue precisamente durante la crisis del COVID cuando se buscó una alternativa con la que llenar de bienestar tantas horas amargas y desoladoras. Así nos lo cuenta Saúl, CEO de Las Tijeras Mágicas: «La pandemia fue un catalizador para que más personas se acercaran al mundo de las artesanías como el crochet y el bordado, buscando una forma de desconectar y relajarse.
Ya pasados esos años, podemos decir que lo que parecía una tendencia temporal se ha convertido en un hábito arraigado. Esto demuestra que la gente no solo ha descubierto estos hobbies, sino que han encontrado en ellos una pasión duradera que sigue creciendo.»
Lo más curioso es que a las generaciones con mayor edad, y que ya solían tener las labores textiles como una práctica habitual, se han sumado nuevos componentes más jóvenes que han descubierto los grandes beneficios que estos hobbies aportan, tanto a nivel físico como mental y emocional. Actividades que, además de servir como distracción, ayudan a combatir el estrés y la ansiedad, liberando todo el potencial creativo que llevamos en nuestro interior.