El avance de las tecnologías ha propiciado que el Estado afronte nuevos retos para luchar contra la economía sumergida y para ayudar a las empresas a modernizarse. Uno de los principales esfuerzos nacionales en ese sentido se ha concretado en la llamada ley del fraude fiscal.
Esta norma, aprobada el pasado 10 de julio de 2021, promete cambiar de manera radical el modo en el que autónomos y pequeños y grandes empresarios se enfrentan a su facturación. ¿Cómo? Utilizando las herramientas de verificación y trazabilidad que posibilitan la informática e internet.
Leyes contra el fraude fiscal
Una vez aprobadas la Ley Antifraude y la complementaria Ley ‘Crea y Crece’ se está trabajando en la elaboración de un reglamento que tiene un objetivo principal: la factura electrónica.
Previsiblemente, a partir de 2026 todas las personas que realicen alguna actividad comercial dentro de España tendrán que facturar a través de software especializados y autorizados que impedirán la modificación de facturas y, sobre todo, llevar una contabilidad B.
Esto será así gracias a sistemas innovadores como Verifactu, que permite que la Agencia Tributaria aplique un código único a cada documento y que este sea enviado a sus archivos de manera inmediata una vez emitido.
De este modo, el Estado pretende reducir el fraude fiscal, a la vez que aportar muchísimos beneficios a las empresas.
Beneficios de contar con un sistema de ERP con factura electrónica
Son muchas las compañías nacionales que, desde hace tiempo, ya cuentan con un programa ERP para gestionar la actividad diaria. Estos software facilitan y automatizan la planificación, tanto de las grandes multinacionales como de las tareas pendientes de un proyecto autónomo.
Ahora, muchos de estos desarrollos están implantando una herramienta para integrar la facturación electrónica. De este modo, los emprendedores y directivos tendrán unificada toda la actividad económica y de gestión en un único entorno digital.
Además de la facilidad de trabajar con una única herramienta, hay otros beneficios asociados al uso de un sistema ERP con factura electrónica. Son los siguientes:
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Transparencia fiscal: apostar desde ya por un software autorizado y actualizado conforme a la normativa antifraude es un modo de asegurarse de que toda la actividad empresarial se realiza conforme a los parámetros legales. Esto no solo reduce inspecciones o sanciones, sino que es positivo de cara a la imagen que los clientes reciben de la empresa.
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Descarga de trabajo: los software integrados están especialmente dirigidos a la automatización de algunos procesos y a reducir las tareas administrativas asociadas a otros. Esto tiene un claro reflejo en la carga de trabajo de los equipos de contabilidad o de recursos humanos de las compañías, que pueden centrar sus esfuerzos en otros objetivos.
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Adelantarse a la obligatoriedad: contar desde hoy con un ERP con facturación electrónica es preparar poco a poco a la empresa para los retos de digitalización que va a tener que asumir en un futuro muy próximo.
La transición hacia la factura digital
Los especialistas en el desarrollo de software aconsejan a todas las empresas ponerse manos a la obra cuanto antes para implantar estos programas. De este modo, no solo no tendrán que correr cuando sea obligatorio, sino que podrán ir limando pequeños errores para que todo marche correctamente en el momento clave.
Además, es una forma de comprometerse con la sociedad y causar un impacto real en la lucha contra la evasión fiscal y la información económica. Por todos estos motivos, son muchos los profesionales que ya han dado el paso y han integrado estas herramientas en su día a día.
