Un buen almacén, primordial para que tu empresa funcione

Numerosos estudios demuestran que la fidelización de una empresa depende del control del stock y de la entrega puntual de este, por lo que una buena logística de almacenamiento es clave.

En la actualidad el mercado de los jóvenes, los conocidos como “millenials”, se mueve por completo por Internet. El 82% de las personas de menos de 40 años ha comprado alguna vez por vía web. Además, este público es completamente voluble, cambiante. Preguntando a distintos universitarios de la Comunidad de Madrid, prácticamente todos proclaman con rotundidad: lo que les hace volver a comprar en una página es que el producto tarde poco en llegar y llegue a tiempo.

Esto, que puede parecer un problema del primer mundo 3.0. no deja de tener una realidad en la calle, en el comercio de la esquina, en el supermercado de tu barrio. Traducido al día a día, da igual la edad. Si faltan artículos en una tienda de forma asidua, no confiamos en ella. Para cualquier empresa que se precie de un servicio efectivo, todo esto pasa por un punto común, una buena logística en sus almacenes.

La gestión logística de los almacenes mantiene un control de la recepción, almacenamiento y distribución de los materiales de una empresa. Es primordial, en tanto en cuanto una buena logística permite que ni las tiendas se queden sin stock, ni que los jóvenes busquen otra empresa más puntual o rápida. Además, ayuda a reducir los costes y controlar mejor los números tanto de gastos como de beneficios. Y por supuesto, y lo que es lógico, tiene a buen recaudo todos esos bienes.

Consejos para una buena logística de almacenes

Que las naves estén bien ordenadas y gestionadas dependen de un proceso riguroso de planificación y posterior organización. Para empresas que empiezan a crecer, puede ser agobiante, pero un buen desembolso económico para su correcto funcionamiento y una bien pensada planificación puede ser clave para que la inversión se compense. Para que todo salga bien, aquí van algunos consejos:

1. La planificación inicial es muy importante. Debe ser pensada según el estudio previo de mercado hecho por la empresa, y así se reducirá esfuerzo y se cuadrará espacio para los artículos más vendidos. Esto también influirá en el tamaño del almacén que se elegirá para la actividad lo más extensa en tiempo posible.

2. El material debe ser manipulado debidamente. El equipo humano y técnico debe ser el correcto, por lo que los armarios y carretillas elevadoras tienen que estar siempre a punto para evitar accidentes que estropeen el material. En lugar de tener que renovar las carretillas, se puede simplemente contactar con empresas especializadas que las reparan con facilidad y profesionalidad.

3. No hay que descuidar el inventario, clave en los beneficios. Durante las primeras semanas se suele controlar sin problemas, pero pasado el tiempo este es el punto más descuidado. Hay que mantener un buen trabajo de inventario para que no haya falta ni sobrante de stock, además de pérdidas que pueden ser alarmantes para la empresa.Realizar “slotting” de forma periódica.

4. El “slotting” es la planificación de las ubicaciones de los productos a almacenar con el objetivo de minimizar el esfuerzo. Esta adaptación de la distribución de espacios permite ser consecuente con las ventas y los movimientos diarios del almacén, con lo que se facilita desde la recepción hasta la distribución, pasando por el inventario.

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