El C.F. Fuenlabrada sigue teniendo necesidad de ganar. La victoria ante Las Palmas supuso un bálsamo tras catorce partidos sin catar triunfo, pero la clasificación y los rivales no dan tregua. La permanencia pasa, inevitablemente, por ser fuerte en casa, pero también por puntuar fuera. Y esta vez el reto es de los gordos: un Cartagena que, como homenaje a la historia, hace de Cartagonova un fortín casi inexpugnable.
El equipo de Luis Carrión ha pasado, con unos retoques veraniegos, de ser una plantilla apañada la temporada anterior a una que pelea por los puestos de playoff. La clave está en la regularidad, sobre todo en casa: tres derrotas en once partidos, siete victorias. El estadio de Cartagonova es un lugar muy incómodo para cualquier rival y es su principal fortaleza.
Contrasta esa virtud de los locales con el defecto de los visitantes, y es que el Fuenlabrada no roba el foco de atención como invitado. Los datos son muy negativos: sólo una victoria lejos del Fernando Torres en toda la temporada (ante el Alcorcón), y goleadas como el 3-1 en Ibiza o el 3-0 en Valladolid. Empezar a darle la vuelta a esos malos datos será importante en la carrera por la permanencia.
También los fichajes. Los que ya jugaron ante Las Palmas (Bouldini, Agu y Adrián) con buen rendimiento y los que han llegado después pero estarán ya disponibles para Sergio Pellicer (Tachi y Ontiveros). Éste último, por cierto, ha sido objetivo del club cartagenero, y verá cómo su jugador deseado viste la camiseta rival si no hay ningún problema burocrático. Las bajas azulonas son las habituales (Jano y Juanma por lesión, Iban por la Copa África) y hay que sumarle a Cristóbal por molestias físicas.
