Ismael Gil evita un escándalo

El C.F. Fuenlabrada visitó Canarias para medirse al Mensajero y cayó 2-0, un resultado que fue incluso corto a la vista de las infinitas ocasiones del cuadro local. Estreno perfecto de Josu Uribe, cuyo equipo fue superior de principio a fin y casi desde el principio jugó con uno más tras la expulsión de Rodrigo Cabrera. El Fuenla tuvo una ocasión y puso fin a su racha de cuatro partidos puntuando.

El C.F. Fuenlabrada visitó Canarias para medirse al Mensajero...y los canarios les sacaron varias cabezas. Para ser honestos, esta no es una crónica al uso, ya que quien la escribe no presenció en vivo el partido, sólo lo pudo escuchar. Así que el relato, si bien trata de ajustarse a la realidad, puede que no sea del todo fidedigno.

El Fuenla tenía una oportunidad que era inmejorable a priori. Cuatro semanas puntuando, salir fuera a jugar con un rival hundido, necesitado y un entrenador por estrenar y con buena moral. Todo estaba a favor, hasta que el fútbol demostró, una vez más, que toda idea preconcebida puede volar por los aires.

En este caso lo hizo desde el principio, cuando en los primeros minutos los de Morientes se quedaban con diez por la expulsión de Rodrigo Cabrera. El uruguayo es un amante habitual del riesgo, pero esta vez no se sabe si terminó en las duchas por precipitación, por excederse o porque no quedaba otro remedio y el Mensajero pilló a la defensa en un renuncio, pero antes de los diez minutos el Fuenla estaba en inferioridad.

Y desde ahí hasta el final el encuentro se puede resumir en tres palabras: ocasión para el Mensajero. El reajuste de Morientes metiendo a San José por Tito no sirvió para nada, porque el conjunto de Uribe fue amplio dominador y, afortunadamente para los azulones, disparaban una y otra vez con la pólvora mojada. Balones que se iban cerca de los palos, grandes actuaciones de Isma Gil, fallos incomprensibles...que el marcador llegara con empate a cero al descanso resultó un milagro.

Todavía quedaba la esperanza de que la segunda parte cambiara la dinámica, que el Fuenlabrada reaccionara y tirara de calidad y orgullo para nivelar el encuentro y no ser aplastado de nuevo. Pero eso no ocurrió. Hubo un breve espacio de tiempo en el que consiguió achuchar en el campo contrario, y generó la única ocasión como tal con un tiro de Borja Díaz.

El resto fue un calco de la primera mitad. Morientes intentaba agitar el árbol metiendo a Matas y Jean Carlos, pero el problema no eran los hombres. Si difícilmente puedes salir de tu campo, pocos balones tocarán tus atacantes. Y si vives en el campo contrario, como el Mensajero, y haces unas quince ocasiones, lo lógico es que termines ganando.

El Fuenla resistió a duras penas, pero lo que tantas veces habían evitado Isma Gil y la falta de acierto terminó por suceder. En el minuto 70 abrió el marcador Rubén Sánchez, y casi diez minutos después Yeray mandó la pelota a la red a los pocos instantes de entrar al terreno de juego.

Un resultado justo, en definitiva, para un equipo que fue ampliamente mejor, que jugó con ilusión y hambre (seguramente presionado por su necesidad) y pudo ganar por un marcador mucho más grande a un equipo que no funciona fuera de casa y que, psicológica y futbolísticamente, tuvo todas las de perder desde la expulsión.

FICHA TÉCNICA

ÁRBITRO: Pablo Brea Peón

GOLES: 1-0 Rubén, min. 70; 2-0 Yeray, min.79

ONCE DEL C.D. MENSAJERO: Ione, Fede, Juanda, Dani Hernandez, Moreno, Rayco, Vianney (Casas 82'), Omar (Yeray 73'), Iray, Rubén, Dani López (Joan Salvá 76')

ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Ismael Gil, Anuarbe, Salvi, Carrasco, Cabrera, Rovirola, Ortiz, Borja Sánchez (Jean Carlos 73'), Dorian (Matas 56'), Borja Díaz, Tito (San José 10')

Foto: José Ayut

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