Jornada número 20 para el C.F. Fuenlabrada, que buscará abandonar cuanto antes la zona de descenso. Allí llegaron tras empatar casi milagrosamente contra el Celta B, e indirectamente tras la victoria no menos sorprendente del Linense ante el Córdoba. Este domingo el rival es de la misma zona baja, el Talavera, pero la situación de unos y otros dista mucho de ser similar.
Los de Mere Hermoso tienen el mal bagaje de haber ganado solo un partido desde el 30 de octubre. Una victoria en nueve intentos que, sumado a las malas sensaciones y los más que habituales fallos en el campo propio, hacen que la esperanza del aficionado sea casi inexistente. A falta de buenos resultados, lo único que queda es poner la vista en el mercado y rezar porque los cambios salgan bien.
El Fuenlabrada ya se ha movido en ese sentido. Esta semana anunció la salida de Mohamed Diamé, tras dos semanas sin jugar en las que ya había rumores sobre su marcha. Club y jugador han rescindido el contrato de mutuo acuerdo. En el apartado de llegadas, el equipo ha fichado al joven extremo David Vilán, que puede jugar por ambas bandas y estará cedido hasta el final de la temporada. Además, el canterano Stephen Buer ocupa ahora ficha del primer equipo y será uno más para el centro del campo de Mere.
En el Talavera del ex fuenlabreño Biel Ribas las cosas marchan mucho mejor. Pese a lo que dice la clasificación (son penúltimos con 17 puntos), llevan ocho partidos sin perder. Han pasado de ser el caramelo de la competición a convertirse en un rival rocoso y al que no es nada fácil marcarle un gol (dos en esos ocho encuentros). Ahora, a cinco puntos del Fuenlabrada, quieren seguir remando a base de trabajo para llegar al final con posibilidades reales de permanencia.
La peor noticia para el Fuenla es la ausencia forzosa de Cristóbal Márquez, que ha sido sancionado con cuatro partidos tras su expulsión ante el Celta B por un "cabezazo a un rival". La parte positiva es que David Vilán y Buer están ya a plena disposición de Mere y podrían tener minutos.