España 88 - 64 Francia: Otro partido que acaba antes de tiempo

Triunfo coral de la selección española, donde todos los jugadores anotaron. Los de Orenga fueron muy superiores en un encuentro marcado por el alto ritmo de juego. Francia llegó con opciones al descanso, pero la segunda parte fue un monólogo español.

¿Conocen ustedes la historia de Pedro y el lobo? Esa que dice que un pastor bromeaba tanto  con la llegada de un lobo que cuando éste llegó nadie le creyó. Con la selección española pasa algo parecido. “No, si después de Irán y Egipto vendrá lo difícil”. Seguro que han escuchado o leído esto o algo parecido en multitud de ocasiones tras el inicio del mundial. Y es lógico pensarlo, porque Brasil y Francia no es que sean mejores que Irán y Egipto, es que son claras aspirantes a llevarse una medalla de este campeonato. Pero los de Orenga están retrasando la llegada del lobo, y cuando los expertos nos adviertan de que el próximo rival sí podrá plantarles cara no les vamos a creer.

Culpa de ello la tiene un conjunto de jugadores muy bien compensado, con una rotación tan amplia que hoy se ha permitido el lujo de dejar casi todo el partido en el banquillo a Sergio Rodríguez y Felipe Reyes (11 minutos entre los dos). Francia, que tampoco anda escasa de banquillo, no ha sido capaz de aguantar el alto ritmo que ha impuesto la selección. Lo inició Ricky Rubio, protagonista absoluto de los primeros minutos de juego. El base de los Timberwolves sorprendió al quinteto francés con una exhibición en defensa y ataque, liderando con acierto las transiciones de su equipo.

Como ocurriera ante Brasil, abrieron pronto distancias cómodas en el marcador, pero tardaron poco en perderla. Francia espabiló a tiempo y apretó el marcador, pero un gran Calderón (hoy con verdadero peso en el juego) movió a España con criterio para poner a España diez arriba al descanso (44-34).

Tras la vuelta de vestuarios el relevo de Calderón lo tomó Sergio Llull, que con su ritmo eléctrico puso una marcha más y España no dio oportunidad a Francia de creer en una hipotética remontada. 65-50 al final de un tercer cuarto que fue el preludio a un último parcial tan innecesario que Orenga puso en los minutos finales a los menos habituales.

El seleccionador nacional es perfectamente consciente de que debe mover el banquillo para que las piezas importantes acumulen lo menos minutos posibles en las piernas. Como muestra está que el jugador que más ha estado sobre la cancha ha sido Marc Gasol, con 28 minutos. Pau, por su parte, ha jugado 23. O lo que es lo mismo, ha pasado casi la mitad del encuentro en el banquillo. Otro triunfo de la selección, más allá de los puramente deportivos.

Un descanso clave para mantener este nivel de juego, ese que convierte a los presuntos lobos en meros corderitos.