Jarro de agua helada para el Fuenla. Tras el subidón de la victoria ante Las Palmas, la dura derrota ante el Cartagena ha devuelto la situación al punto anterior: negatividad y vista puesta en los rivales, un ojo a la tele y otro a la capilla para seguir rezando. La alegría ha durado una semana.
Y es que el Fuenlabrada fuera de casa sigue siendo un desastre, un calvario cimentado desde el comienzo de la temporada. Una victoria en doce partidos, eso es todo. Siete derrotas, tres de ellas (contando la del Cartagena) encajando tres goles. El balance goleador es desastroso: 6 a favor y 17 en contra. La pelea por la permanencia también pasa por aquí. Reventarte el goal average cada dos semanas desde luego que no ayuda.
Sergio Pellicer quiso mantener en todo lo posible el equipo que funcionó ante Las Palmas, pero el Cartagena poco tuvo que ver con los canarios. Tampoco estaba Cristóbal, que siempre es importante. Pero lo que no estuvo, esencialmente, fue el mismo Fuenlabrada. El equipo local se pasó cómodo toda la primera mitad y buena parte de la segunda.
Los azulones arrancaron muy cerrados en torno a su área, facilitando ocasiones desde la frontal. A la que adelantó la línea sufrió menos, pero no encontró el camino hacia la portería contraria con el balón jugado. Sí a base de faltas y córners, pero en la mayoría de ellos no hubo ni remate.
De una falta, precisamente, llegó el primer gol del Cartagena. El mérito, como casi siempre, del uincombustible Rubén Castro. Entre Morro y el larguero sacaron el lanzamiento de falta, pero el delantero canario fue el más listo de la clase y cazó el rechace antes que nadie.
Tras el descanso llegó el primer cambio, la entrada de Kante por un Adrián al que poco pudimos ver. La intención era clara, presionar más arriba e intentar tener más presencia en el campo rival. Todos los cambios fueron orientados a ello, pero no tuvieron ningún efecto. Ni el debut de Ontiveros, ni juntar a Kante, Bouldini y Zozulya...nada. Por diez o quince minutos se dio el amago de éxito, con dos ocasiones para el recién llegado y para Abu, pero ninguno la transformó.
Más allá de eso, el Fuenlabrada se desinfló anímicamente poco antes del segundo tanto y definitivamente después. Una pérdida en el centro del campo, un balón colgado a Rubén Castro y el canario se encarga. A los defensas se les vio por última vez en la jugada intentando tirar el fuera de juego. Lo siguiente fue el mano a mano y el gol.
De ahí al final, el Cartagena volvió a estar tan cómodo o más que en la primera mitad, cuando todavía iban 0-0. El "mal rato" había pasado y sólo quedaba tener la pelota y que pasara el tiempo. Marcar algún gol más, incluso, visto que la defensa del Fuenlabrada ya hacía aguas. Cayó el tercero, con Boateng rematando completamente solo al borde del área pequeña. Pudo caer uno más dos veces, con dos rebotes de Iribas y de Pulido. Lo que cayó fue la expulsión de Kante por levantar el pie hasta el cielo de Cartagena, impactando en la cara de un rival por el camino.
Con el 1-0 era muy difícil, pese a los balones parados, y con el 2-0 se volvió completamente imposible. La travesía por el horror en la que se ha metido el Fuenlabrada fuera de casa parece no tener fin, y es uno de los grandes motivos por los que la lucha por la permanencia se ha puesto complicada. Siete puntos de treinta y seis posibles no invitan al optimismo.
ONCE DEL F.C. CARTAGENA: Marc Martínez; Delmás, Pablo Vázquez, Datkovic, Gastón Silva (Luna); Tejera (Nacho Gil), Bodiger; De Blasis (Boateng), Gallar (Okazaki), Dauda (Cristóforo); Rubén Castro
ONCE DEL C.F. FUENLABRADA: Morro; Pol Valentín, Pulido, Dieguez, Iribas (Bravo); Mikel Agu (Zozulya), Konaté (Tachi), Adrián (Kante), Pedro León, Amigo (Ontiveros); Bouldini
GOLES: 1-0 Rubén Castro, min.37; 2-0 Rubén Castro, min.68; 3-0 Boateng, min.90
