La indignación de los equipos implicados, su intención de tomar acciones legales y las consecuencias, tres puntos clave del conflicto

Dépor-Fuenlabrada: un problema con múltiples frentes que se alargará en el tiempo

La suspensión del Deportivo-Fuenlabrada ha traído una gran y esperable polémica. Que el equipo fuenlabreño viajara a Coruña con la incógnita de si alguno de sus jugadores estaba contagiado con el COVID-19 es una de las preguntas a responder. Que pudieran viajar es otro de los puntos que necesitan una respuesta. Hoy, el Fuenlabrada está aislado en su hotel de Coruña durante unos días, y esta mañana se han realizado test a toda la expedición. Pero la gran polémica, tristemente, no está viniendo desde el punto de vista sanitario sino competitivo. 

La Liga de Fútbol Profesional y la RFEF decidieron suspender el partido para evitar posibles contagios, pero dejaron que la jornada siguiera su curso con normalidad. Lugo, Albacete y Numancia iban a jugarse un descenso que también involucraba al Deportivo, que terminó descendiendo sin jugar. Elche y Rayo Vallecano peleaban por el playoff de ascenso con el Fuenlabrada, pero sin la presencia de este último (que además depende de sí mismo). Es decir, dos contendientes por cosas importantes no iban a estar peleando, pero el resto sí. La naturaleza del partido, una vez terminada la jornada, pasó de ser un partido vital para los dos a serlo sólo para el Fuenla, que sigue dependiendo de sí mismo. 

Todos o casi todos los clubes afectados por la situación han dejado claro su malestar, e incluso algunos han ido más allá. Todos ellos coinciden en un punto: la decisión de suspender sólo el Dépor-Fuenla y no el resto de la jornada adultera la competición y rompe con la igualdad entre todos los participantes. 

El Deportivo de la Coruña, en la figura de su presidente, cambió de postura con el paso de las horas. Primero con cierta calma, luego denunciando que se había adulterado la competición y que acudirán hoy mismo a las instancias necesarias para ejercer sus derechos. Dijo, incluso, que la jornada debía repetirse. Cabe recordar que el Dépor no dependía de sí mismo para la permanencia y descendió por las victorias de Lugo y Albacete. 

Al sentimiento del Dépor se han sumado Rayo, Elche, Numancia y hasta Oviedo. Algunos de ellos denunciaron presiones para jugar bajo amenaza de perder tres puntos, una vez que La Liga decidió que la jornada seguía adelante. El Numancia pidió jugar su partido el mismo día que se jugara el Dépor-Fuenla, pero no se lo concedieron.

La situación ahora se traduce en que el Fuenlabrada estará confinado en el hotel de Coruña durante días, que Elche, Rayo y Oviedo van a realizar test a sus plantillas y que incluso los vallecanos van a aislarse hasta conocer los resultados. La precaución está justificada, pues Yacine Qasmi cenó la semana pasada con un jugador del Fuenlabrada. El Elche jugó el viernes contra los azulones, y el Oviedo jugó ayer contra el propio Elche. Al jugar cada tres días, un club con positivos desencadena toda una cadena de reacciones en sus rivales cercanos. 

A nivel deportivo, el Dépor y el Numancia son equipos de Segunda División B porque sus rivales Lugo y Albacete ganaron y no dependían de sí mismos. Por arriba, tanto Elche como Rayo cumplieron con su parte y ganaron, y la última plaza de playoff la ocupa el Elche. Pero tiene que esperar, porque el Fuenlabrada sí depende de sí mismo y con sacar un punto en Riazor conseguiría arrebatarle esa plaza. 

Ahora, tras jugarse la jornada, el Fuenlabrada tiene un partido vital para sus aspiraciones y el Dépor uno intrascendente porque ya está descendido. Y entre medias, un mar de dudas. La capacidad de competir del Fuenlabrada se verá más mermada cuanto más tiempo pase aislado, por ejemplo. Las quejas y recursos de los distintos equipos pueden cambiar todo el panorama, si son atendidas. ¿Cuándo se jugará este partido? ¿Se jugará sólo este encuentro? ¿Si se repitiera la jornada, con distinto desenlace, los equipos perjudicados no recurrirán también? La decisión de no suspender toda la jornada, o al menos los partidos con los mismos intereses en juego que el Dépor-Fuenla, ha metido a la Liga en un caos que nadie sabe cómo o cuándo puede terminar. 

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