Superar la depresión que puede causar la disfunción eréctil

La incapacidad de un hombre para tener una erección y lograr mantenerla, es lo que se conoce comúnmente como disfunción eréctil. Esta molesta y preocupante situación crea incomodidad y vergüenza para el hombre, además de que la relación sexual no se logra y resulta insatisfactoria para ambos.

En el transcurso de la vida, hasta el 50% de los hombres han llegado a padecer algún tipo de disfunción eréctil. Este problema casi siempre provoca consecuencias nefastas en el rendimiento sexual de la pareja como tal.

Malestar en la pareja y miedo a fracasar

La virilidad masculina siempre se ha centrado en los genitales, por lo que llegado el momento de satisfacer a la pareja, si no hay respuesta natural de excitación y no se logra cumplir lo que se espera de él, su masculinidad y hombría pueden verse afectadas. Ante la necesidad de curar la disfunción eréctil, lo cierto es que se tarda en decidir buscar las soluciones. Casi siempre es la otra persona afectada quien lo apoya y convence para obtener consejos para solucionar los problemas de disfunción y encontrar así ayuda con un médico especialista.

Algunos sugieren el hecho de que una relación que no es satisfactoria provoca la disfunción, en estos casos suele encaminarse hacia la realización de una terapia de pareja. Si la causa son problemas psicológicos, en el tratamiento suele incluir alguna técnica de relajación, pues es muy recomendable el manejo de la ansiedad y controlar la respiración durante la relación sexual, con el propósito de que la disfunción no aparezca.

Evitar los factores de riesgo

Hay ciertos factores de riesgo que pueden provocar o acelerar la aparición de esta anomalía. Entre estos se encuentran el aumento de peso corporal, tomar algún medicamento recetado por un especialista para reducir la presión arterial, dejar de fumar, no beber alcohol en grandes cantidades, ya que a pesar de que aumenta las ganas de tener relaciones sexuales, a la vez disminuye la posibilidad de solventar la situación.

El fracaso en la erección también puede ser provocado por una larga lista de fármacos, que incluyen betabloqueantes como los antihipertensivos y algunos antidepresivos (suele mencionarse el Prozac), que disminuyen el flujo de la sangre. La enfermedad vascular periférica también ha sido señalada como un factor que influye, e igualmente el colesterol HDL cuando se encuentra en niveles muy bajos. La diabetes Mellitus también afecta, pues los pacientes que sufren de disfunción suelen presentar la glucosa alterada y sobrecargada.

El sedentarismo es otra de las causas, pues se ha comprobado que los deportes o actividades físicas diarias son una especie de factor protector para esta afección. A medida que aumenta la edad del hombre, el riesgo de esta anomalía crece, e igualmente su intensidad sube con más años, pero los especialistas argumentan que no se debe considerar como un resultado.

El consumo de drogas, sobre todo de las llamadas drogas duras como la heroína, la cocaína, metadona, marihuana e incluso el alcohol en grandes cantidades es otro factor influyente. Los problemas afectivos, la baja autoestima, una educación sexual repleta de tabúes y con muchas prohibiciones, abusos sexuales a temprana edad o traumas que vienen de los primeros años de la vida del hombre son otras causas probables.

Obesidad y disfunción eréctil

En España el 20% de la población adulta sufre de obesidad. Está comprobado que el exceso de peso en ocasiones provoca dificultades para lograr una erección.

La testosterona desciende en sus niveles, lo que afecta la libido. Consecuentemente disminuye el apetito sexual, además de provocar problemas en la circulación sanguínea y obstruir los vasos que irrigan el pene para lograr la erección. Es decir, el descenso de hormonas y las arterias y venas obstruidas también pueden impedir la excitación natural, debido a que la sangre no circula de una manera correcta.

Sumado a estos problemas fisiológicos, la obesidad influye en el estado anímico creando anomalías psicológicas que pueden llegar a afectar una relación sexual normal. Por el hecho de no sentirse atractivos físicamente, se ve influenciado el deseo sexual de una manera negativa. Un estilo de vida saludable influye positivamente en el aspecto sexual y en su rendimiento, tanto en la mujer como en el hombre.

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