Uno de los terroristas del atentado en Garissa es identificado como hijo de un funcionario del gobierno

06/04/2015 | Víctor Yeray Huéscar | Fn

Uno de los cinco terroristas de Al Shabab que la pasada semana perpetraron el terrible ataque en Garissa, donde murieron 148 personas, ha sido identificado como Abdirahim Abdullahi, hijo de un funcionario del gobierno keniano en la región de Mandera, al este del país.

El padre había informado a las autoridades de que su hijo había desaparecido y estaban buscándole cuando sucedió el ataque, según ha afirmado Mwenda Nkoja, ministro del Interior. Un funcionario de la región del atentado, sin embargo, aseguraba que el Gobierno keniano estaba al tanto de la pertenencia del joven a la organización terrorista desde que acabara su carrera de Derecho en 2013.

La milicia terrorista, en un comunicado emitido el pasado sábado, proseguía con sus amenazas. “Os hemos advertido en muchas ocasiones que las acciones de vuestro Gobierno, no quedarán sin responder” aseguraban en el comunicado.

En dicho comunicado también se hacía referencia al año 2011, cuando el gobierno keniano mandó tropas al país vecino, Somalia, para combatir a Al Shabab. Desde entonces, Al Shabab asegura que Kenia les había declarado la guerra. “No soñéis con tener seguridad en vuestra tierra hasta que no la haya en la nuestra” decía al respecto, al tiempo que amenazaban con que “pintaremos las ciudades de sangre hasta que no retiréis vuestras fuerzas del territorio musulmán”.

Estos días se vive una difícil situación en el país africano. Las autoridades kenianas declararon tres días de luto oficial en todo el país. El pasado sábado se producía una manifestación en el barrio somalí de Eastleigh condenando el atentado y en memoria de las víctimas. En la manifestación también estuvieron presentes numerosos musulmanes, que se solidarizaron con las víctimas y sus familias mientras aseguraban que ni su raza ni su religión estaban relacionadas con este grupo terrorista.

Este Domingo de Resurreción las autoridades intensificaron las medidas de seguridad en muchas de las iglesias del país en vista del reciente atentado y de los que se produjeron en 2012, en los que hasta doce personas murieron en unos atentados perpetrados contra dos iglesias cristianas.

Pese a que este no ha sido el peor ataque terrorista que ha sufrido el país (cabe recordar el atentado contra la embajada estadounidense en la capital, Nairobi, en 1998), sí ha sido el más mortal de Al Shabab en Kenia. Los alrededor de 700 estudiantes de la facultad ni sus familias seguro que no olvidarán los momentos de terror vividos ni el desfile de hace unos días en el que se dio el último adiós a las víctimas del atentado.

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