Séraphine Louis, la pintora olvidada

Séraphine Louis o Séraphine de Senlis, Arsy, Francia, 1864, + 1942, Erquery, Francia. Como toda persona tiene espacios de misterio y de enigmas, en sus ratos libres, especialmente por la noche empezó a pintar, lo que hoy denominamos pintura naif. Fue descubierta por el marchante Uhde que la incluyó en los denominados primitivos, o lo que después se denominó Arte Otro o Arte Ingenuo... Su producción se considera de doscientos cuadros, pero que se sepa solo se han conservado unos setenta.

- Sus años finales, que coincidió con la segunda guerra mundial, parece ser que vivió y existió en este mundo en unas condiciones dramáticas, enormemente trágicas.

Después de su muerte, algunas de sus pinturas fueron conocidas por André Breton, que reconoció su talento, no olvidemos que Breton intentaba incentivar el arte que se denominó surrealista.

- El ser humano, en sus alegrías y en sus tristezas, en esta vida-persona, más tristezas que alegrías, hasta dónde sabemos, fue capaz de cristalizar todos esos sentimientos en obras, que parecen y aparentan ser alegres. El arte como capacidad de transformar lo negro en colores, lo obscuro en flores.

Esta autora-creadora-pintora, como tantos otros, muestra-demuestra el axioma, que no importa el arte al que se dediquen, ni el género, ni el estilo, ni los medios. Sino que al final, lo que interesa es si es capaz llegar a la esencia, o intenta arribar a la esencia de lo real. En este caso mostrando flores y hojas, y de ese modo, ser-servir para mostrar-demostrar algo de la realidad exterior, algo de la realidad interior, en definitiva, algo de lo humano, del ser humano, de la humanidad. De algunas forma sus pinturas como objetos que hipnotizan, que llevan a lo profundo del ser que las percibe-siente-piensa-mira-observa, la pintura como un espejo del interior de lo humano-humanidad…

En definitiva esa combinación de consciente e inconsciente, de lo arcano-primitivo-totémico que se mueven por las olas de los siglos, y la realidad o compenetración con el presente. Es, diríamos, “lo que viene de lo más profundo del ser y de la historia, se materializa en una realidad concreta actual, sea pintura o sea dibujo o sea música o sea teatro o sea movimiento o sea danza o sea lo que sea…”.

- Quizás, deberíamos ser conscientes, del antiguo principio, “que somos, los humanos, es la humanidad lo que nosotros a nosotros mismos nos tratemos”. Y, esta es la gran definición, “somos, solo somos como tratamos a todas y a cada una de las personas que existen o han existido o puedan existir”.

Quizás, algo de esta biografía de esta persona, pintora, vida trágica y dramática, en tiempos también tristes y negros, conozcamos algo, porque su “arte ha pasado, diríamos al común sentir del valor artístico”. Pero cuántas personas, se habrán quedado en las cunetas de la historia, porque no se dedicaron nunca a ninguna actividad creativa, o habiéndose dedicado, sus obras se destruyeron o no se valoraron lo suficiente, o eran mediocres para el juicio de sus coetáneos…

- Quizás, la gran pintura, intenta transmitir no una percepción, sino una metapercepción, no una idea o concepto, sino una meta-idea o meta-concepto.

Es decir, quizás, introducir al que realiza la obra, o autor, al que la percibe-contempla, en otros mundos, mundos interiores.

Un cuadro o cualquier otro tipo de arte, sea un artilugio, que consciente o inconscientemente, intenta con palabras o imágenes o sonidos o movimientos, interconectar otras formas de redes neuronales, y en esas nuevas conexiones se producen, nuevos descubrimientos del yo más profundo, o al menos, de la introducción-introspección a un yo más profundo, con formas y maneras, legales y morales, sin substancias de ningún tipo.

Quizás, una obra de arte, o al menos, las grandes obras de arte, sean o produzcan “cambios de consciencia-conciencia”. Cambios de percibir-pensar-sentir-estar…

Quizás, lo que deberíamos hacer, tomar conciencia, el de tener un profundo respeto a todo ser humano, sea autor o artista o no lo sea, y por otro lado, tener respeto a los millones de obras, de arte y de artes, que cada año se realizarán y construirán en el mundo, y al cabo de unos años o décadas, la inmensa mayoría se irán destruyendo, por desidia o por no darles valor o por accidentes de la vida…

Quizás, usted debería, en homenaje a esta mujer, a esta artista, a esta persona, a la humanidad, que tranquila y mesurada y sosegadamente ver-pensar las docenas de pinturas que han quedado de ella, aunque sea por Internet. Quizás, este sería un pequeño homenaje, que le debemos, y quizás, también a toda la humanidad…

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