28/04/2015 | Víctor Yeray Huéscar | Fn
Maryland ha decretado el estado de emergencia por la oleada de disturbios y revueltas producidas tras la muerte de otro negro a manos de la policía. En este caso la víctima fue Freddie Gray, un joven de 25 años que falleció el pasado 19 de abril cuando se encontraba bajo custodia policial. Las revueltas se han sucedido tras su entierro.
El gobernador de la ciudad ha ordenado a la Guardia Nacional para sofocar los saqueos de negocios, lanzamientos de ladrillos y demás actos violentos que se están produciendo en las últimas horas. También ha decretado un toque de queda – una medida que rara vez se toma – a las 22.00. Por el momento, las protestas se han saldado con 15 policías heridos y 27 detenidos.
Los altercados surgieron tras el entierro multitudinario del joven Gray, al que acudieron alrededor de 2.000 habitantes de la localidad. El joven afroamericano falleció por una grave herida en la columna cuando se encontraba bajo custodia policial. Los más allegados al joven reclamaron justicia en su entierro y los ciudadanos se han tomado la justicia por su cuenta.
Desde entonces la ciudad está sumida en el caos. Tras todas las medidas que se han adoptado, la alcaldesa, Stephanie Rawlings-Blake, ha calificado a los violentos de “delincuentes” que están tratando de “destruir la ciudad”. El jefe de policía de Baltimore, Anthony Batts, ha afirmado que, según las informaciones que manejan, las revueltas fueron organizadas por estudiantes de institutos locales de entre 15 y 17 años.
Tras los altercados de Ferguson que conmocionaron al mundo, se han sucedido sucesivos episodios de violencia o asesinatos contra personas de raza negra a manos de la policía. Incluso se llegaron a publicar informes que mostraban la desigualdad de las autoridades en el trato a blancos y negros en alguna de las zonas del país. La comunidad negra estadounidense ha decidido salir a las calles ya en varias ocasiones para reclamar una igualdad que no ven en el trato diario con las autoridades locales.
La recientemente nombrada fiscal general, Loretta Lynch, ha declarado al respecto que “podemos recuperar su confianza y su fe, tanto en nuestras leyes como en aquellos que las hacen cumplir”. El propio Departamento de Justicia ha anunciado ya que estudiará el caso, en el que hasta seis policías han sido ya suspendidos.
