El organismo oficial que atiende en esta materia, la Oficina de Atención al Usuario de Telecomunicaciones, cuenta que las reclamaciones por SMS Premium en 2014 han crecido un 213% respecto a las presentadas en 2013. Para hacerse una idea, una de cada cuatro reclamaciones en telefonía móvil fue por problemas relacionados con los SMS Premium.
El engaño más habitual consiste en el envío de mensajes mediante un sistema de suscripción por el que el usuario paga por los mensajes que recibe, pero sin que sea consciente de que ha contratado esos servicios. Cuando la persona se da cuenta de que le están cobrando por ese servicio, anularlo le lleva tiempo, llamadas y más dinero. Si no se da cuenta, puede pagar una media de 60 euros al mes por un servicio que no ha contratado y que no le aporta nada.
Para intentar evitarlo, el Gobierno aprobó esta semana una modificación de la normativa que obligará a que el usuario marque intencionadamente un número de tarificación adicional para que se le cobre el dinero que cuesta, pero es una medida que no soluciona el problema de los SMS Premium. Por eso la OCU lo considera un parche, e insiste en que la única solución es que estos servicios estén desactivados por defecto y que sólo se puedan activar a petición del consumidor.