Hoy no hablaré

Hoy, y ahora, no hablaré de la letra del himno; es más, ni siquiera hablaré sobre el himno, ni sobre la patria o los nacionalismos.

Quisiera explicar cuál es mi bandera. Quisiera dirigirme a los que se apropian de procedimientos y maneras para infundir la represión y el miedo, a los que persiguen a quienes disienten con la palabra y el verso.

Si pudiera, me gustaría apartarme del camino de los amos del lenguaje, de los confesos de la ética vigente, de los piadosos tantas veces ofendidos, de su maldita raigambre y de sus rezos.

Me gustaría nombrar las veces que en el pasado imperó el silencio, del tiempo de los que hicieron el equipaje para escapar de sus verdugos.

Pero, hoy, como tantas otras veces, no me posicionaré sobre lo que todos hablan, callan…o están obligados a callar.

Quizás deje de ver la televisión, ese aparato infernal que controla mis deseos; o la radio, ese instrumento que tiene su sitio en casi todas las estancias de la casa y que me habla de lo que hoy no quiero escuchar.

No opinaré, ni me dirigiré a nadie porque no tengo ganas, porque no quiero, porque no puedo… o porque tengo miedo.

Hoy, precisamente hoy, mis únicas palabras, mis únicas lágrimas, mi único pensamiento es para Antonio Fraguas Forges, en recuerdo de su testimonio gráfico siempre certero, de su humor punzante y cáustico.

¡Mi más sentido pésame!

Antonio Pérez Gallego | Madrid

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