21/04/2015 | Víctor Yeray Huéscar | Fn
Una bomba estalló a la 01.00 de la madrugada de este martes (23.00 hora peninsular) en la embajada española en Libia. El atentado no ha causado víctimas, puesto que el personal de la embajada fue trasladado el pasado 31 de julio, pero sí algunos daños materiales. El Estado Islámico ha reivindicado la autoría del atentado en las redes sociales según RNE.
El ataque únicamente ha causado un boquete en la garita de seguridad. Fuentes de seguridad han informado a Efe también de que sólo se encontraban en la zona guardias de seguridad locales, puesto que el edificio se encuentra vacío.
El ministro de Exteriores García-Margallo ha hablado del atentado tras su participación en la inauguración del VIII Foro España-China. Además de recordar que la embajada se encontraba vacía desde que se creyó conveniente por la situación que vive actualmente el país, ha dicho que se trataba de un artefacto “casero” y que los daños han sido “limitados”.
No es necesario remontarse muy atrás en el tiempo para encontrar ataques similares. El pasado 12 de abril dos guardias de seguridad murieron y otra persona resultó herida en un ataque contra la embajada de Corea del Sur en Libia. Ese mismo día, unas horas más tarde, también se produjo un atentado contra la embajada de Marruecos. El Estado Islámico se declaró autor de ambos atentados.
Libia se encuentra sumida en un tremendo caos. A las continuas embarcaciones plagadas de subsaharianos que desembarcan desde sus costas en busca de una mejor vida en el continente europeo, se suma la violencia que se vive en un país dividido en dos gobiernos. Trípoli y Tobruk son las sedes desde las cuales se dirige la violencia para hacerse con el poder del país.
Hace justo un mes comenzaron las negociaciones entre ambos gobiernos en Marruecos. Las conversaciones están siendo presididas por el enviado especial español de la ONU para el conflicto libio, Bernardino León.
Según León, el primer paso es conseguir un alto al fuego entre ambos gobiernos y se muestra esperanzado con que ambos se den cuenta de que no conseguirán nada mediante las armas. El segundo paso es conseguir un gobierno unificado.
El hecho de que el Estado Islámico tenga tomada una parte del país y esté sembrando el terror con sus continuos atentados puede ayudar a un acuerdo entre el gobierno internacionalmente reconocido de Tobruk y el de los insurgentes de Trípoli para combatir a la organización terrorista.
