El autismo ha llegado a la política

La posibilidad de conformar un gobierno estable en nuestro país sigue bloqueada, ante la falta de voluntad de Ciudadanos y PSOE por afrontar una solución, que ya se vislumbra urgente, para comenzar a resolver los grandes asuntos del estado, que afectan al bienestar actual y futuro de los ciudadanos.

Las posiciones adoptadas por Albert Rivera y Pedro Sánchez, seguramente son legítimas en base a sus discursos y propuestas electorales, pero alejadas de lo que piensa una mayoría de ciudadanos que se consideran constitucionalistas y que abogan por mantener la unidad de España.

Tras las segundos comicios del 26J, los ciudadanos han dejado claro en las urnas que no quieren un partido con mayoría absoluta en el Parlamento. La lectura y el mandanto que han dejado los resultados electorales es que PP, PSOE y C's deben entenderse, pactar y negociar un nuevo proyecto de gobierno para España, más solidario y basado en los principios que unen a la mayoría.

Ese bloque lo conforman 254 diputados (PP 137, PSOE 85 y C's 32), del total de 350 que conforman la Cámara Baja, es decir un 72,6 %.

Sin embargo, los líderes de estos partidos, sobre todo Sánchez y Rivera, apoyados por sus respectivos comités, siguen defendiendo una posición más propia de campaña electoral, sin entender que ya no estamos en elecciones y que ahora toca dar soluciones que generen estabilidad y bienestar a todos los españoles.

Su comportamiento se ha vuelto 'autista', un trastorno psicológico que se caracteriza por la intensa concentración de una persona en su propio mundo interior y la progresiva pérdida de contacto con la realidad exterior.

Enrocados en unas posiciones fijadas a priori, sin haberse sentado a explorar propuestas. Sus mensajes y eslóganes están fuera de la realidad social, generando un hartazgo en la mayoría de ciudadanos al ver como no son capaces de analizar lo que se necesita en este momento.

A su juicio Rajoy no merece ser de nuevo presidente del gobierno, una conclusión que puede ser razonable desde el punto de vista político, pero que no coincide con lo expresado por los votantes en las urnas. Parece que el resultado soberano expresado por los ciudadanos no les gusta y quieren cambiarlo en los despachos.

Eso es no entender nada, estar fuera de la realidad, anteponer sus principios ideológicos a los intereses del estado, aunque traten de demostrar lo contrario.

En esta situación, si no hay cambios de postura, estamos abocados a unas terceras elecciones generales, que todos quieren evitar pero no ponen los medios reales para conseguirlo.

Les vendría bien a todos, salir del 'autismo' actual de sus despachos, partidos y comités y empezar a mirar por los intereses generales de todos. Salir a la calle, hablar con la gente en los bares, en los mercados y también escuchar a otros políticos que han tenido responsabilidades anteriores de gobierno.

La necesidad de conformar un gobierno de consenso es ya 'Un clamor popular'.

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