Bankia resiste a la tormenta de las tarjetas opacas

El asunto de las Tarjetas B, que se ha llevado por delante ya a un expresidente de Bankia, no va a influir en el proceso de privatización de la entidad nacionalizada. El consejero delegado defiende de este modo su proceso de crecimiento y consolidación, al margen de corruptelas.

El consejero delegado de Bankia, José Sevilla ha negado hoy que el escándalo de las Tarjetas B, que ha salpicado al mismo Bankia y a CajaMadrid, vaya a influir en el proceso de privatización de la entidad nacionalizada. En la rueda de prensa celebrada para revelar y examinar los resultados correspondientes al tercer trimestre del año, Sevilla ha asegurado que el "ruido"generado por las Tarjetas B no afecta "en absoluto" a la actividad comercial de la entidad.

"Si no impacta en la actividad comercial, en el mundo de los inversores todavía menos", añade, y reitera que depende enteramente del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria cuándo volver a vender acciones de BFA-Bankia. El proceso de privatización, recordemos, había sido descartado por el Gobierno antes de conocer el resultado del examen de solvencia del Banco Central Europeo, que se conocerá este domingo.

"Si somos capaces de seguir con la evolución del negocio", ha declarado por último José Sevilla, "la acción se irá fortaleciendo". De este modo, la entidad podría devolver gran parte de las ayudas públicas.

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